Millones de hogares tienen una instalación eléctrica insegura
Si revisar las conducciones de gas o el ascensor de cualquier domicilio es obligatorio, ¿por qué no ha de serlo el control del buen estado de la instalación de la luz? Esta es la pregunta que se hacen las distintas patronales del sector eléctrico, que engloban a instaladores y fabricantes, pero la respuesta del Ministerio de Industria no acaba de llegar.
El año pasado 150 personas perdieron la vida en España a causa de accidentes domésticos relacionados con el mal estado de enchufes, tomas de tierra, cuadros de luces, etcétera; y otras 1.616 resultaron heridas en un total de 4.850 siniestros. Tal incidencia ha motivado la reflexión del sector y la creación de la Plataforma para la Revisión de las Instalaciones Eléctricas (PRIE).
Su primer objetivo es que el Gobierno regule las citadas inspecciones en las viviendas y como herramienta de persuasión se dieron a conocer ayer datos alarmantes: 17 millones de hogares españoles tienen tomas de corriente inseguras, más de seis millones carecen de protección contra sobrecargas y cortocircuitos, y en unos nueve millones de casas urge una revisión.
Las exigencias legales en materia de seguridad fueron actualizadas recientemente, en el Reglamento Electrónico para Baja Tensión de 2002, pero el texto no hace obligatoria la inspección. 'Estamos hablando con el Ministerio de Industria y distintas comunidades autónomas para que pongan fin al vacío legal', comentó ayer en rueda de prensa Romualdo Arias, presidente de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Eléctricas (Fenie).
Niños menores de cuatro años y personas mayores de 65 son los colectivos más expuestos a la inseguridad en entornos domésticos. Pero al margen de los daños contra la integridad de las personas, la plataforma PRIE llama la atención sobre los cuantiosos perjuicios económicos: los incendios motivados el año pasado por accidentes eléctricos en domicilios supusieron unas pérdidas de 270 millones (incluida la atención hospitalaria a los heridos, la intervención de los bomberos y daños materiales) que deben asumir propietarios y aseguradoras.
El consejo de los profesionales es que se vigilen los puntos claves de la instalación al menos una vez cada cuatro o cinco años. Además, recomiendan el uso de interruptores automáticos de protección o descargadores de sobretensiones: 'Acumular ladrones en cada enchufe no es una solución segura ante la acumulación de nuevos aparatos eléctricos', apuntó el vicepresidente de la Federación Catalana de Asociaciones Empresariales (Ferca), Antonio Ruiz.
El hecho es que numerosos propietarios contrataron la potencia eléctrica hace años atendiendo a las necesidades de entonces y sin haber adaptado posteriormente ese suministro al nuevo consumo derivado de nuevos electrodomésticos y todo tipo de dispositivos audiovisuales.
El estudio de PRIE señala que el cableado del 60% de las viviendas de todo el país sobrepasa los 30 años. La plataforma no pretende que se cambie por otro nuevo, pero sí al menos que se certifique que no pone en riesgo la integridad de sus usuarios.
Dónde aumentar la vigilancia
Los puntos vitales a controlar en una instalación eléctrica son el cuadro general (normalmente ubicado junto a la puerta de entrada); el interruptor de control de potencia, los diferenciales y automáticos, conductores eléctricos, cajas de conexión y bornero, tomas de tierra, interruptores y portalámparas.En lo posible no se deben utilizar extensiones o alargadores camuflados bajo alfombras y deben cuidarse al máximo los componentes eléctricos del baño por el posible contacto con agua y humedad. El aumento de dispositivos conectados precisa el alza de la potencia instalada y una revisión para evitar calentamientos y sobrecargas (el 65% de las viviendas presenta una potencia contratada exigua).Por último, hay que garantizar el aislamiento del cableado y enchufes para evitar contactos que pueden volverse trágicos.