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Nombramiento

Parmalat nombra a Bondi consejero delegado

Los accionistas de Parmalat apoyaron ayer la gestión de Enrico Bondi al frente de la compañía al elegirle consejero delegado en la primera junta de accionistas tras la quiebra del grupo hace casi dos años.

Después de estar al frente de la compañía durante casi dos años, Enrico Bondi recibió ayer el respaldo del 98% de los accionistas que acudieron a la junta de accionistas del grupo de alimentación. El hasta ahora administrador de la compañía será consejero delegado durante los próximos tres años.

Pese al alto porcentaje de votos favorables, la agencia Reuters asegura que estos sólo representan en 16,9% del capital total de la compañía. 'La elección de un nuevo Consejo es un punto de partida para una nueva aventura, aseguró Bondi a los accionistas

A sus 71 años, Bondi no tuvo que enfrentarse a ningún candidato, ya que encabezaba la única de lista al consejo de administración presentada por uno de los principales accionistas de Parmalat, el banco de inversión Lehman Brothers, que posee el 1% del capital del grupo.

Ha reclamado a 12 bancos 50.000 millones de dólares por vía judicial

Aunque Bondi sólo necesitaba mayoría simple para garantizar su continuidad al frente de Parmalat, la votación no resultó tan fácil como se preveía en un principio debido a la ausencia en la junta de algunos de los principales accionistas de la compañía, como Banca Intesa, que controla el 2,28% del capital y Banca Popolare Italiana que posee alrededor del 2%. Tampoco asistieron a la junta los más de 6.000 bonistas italianos que denunciaron ante un tribunal de Bolonia el intercambio de deuda por acciones que permitió el regreso a Bolsa de Parmalat el pasado 6 de octubre. Sí enviaron representantes otros accionistas como JPMorgan, que controla el 2,6% o Citigroup que posee el 2%.

Como administrador, Bondi ha reclamado a 12 entidades bancarias 50.000 millones de euros por colaborar en el colapso de Parmalat. 'Vamos a continuar con las reclamaciones', aseguraba Bondi quien apuntaba que 'no se trata de una persecución, sino que es el deber de cualquier administrador'.

Bondi fue nombrado administrador por el Gobierno italiano tras la quiebra de Parmalat en diciembre de 2003, al descubrirse que ocultaba un agujero financiero de unos 14.500 millones de euros.

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