Los expertos piden una normativa que regule la recogida de setas

'Una barbaridad'. Josep Astorch, aficionado a la búsqueda y recogida de setas, asegura que la actividad ha aumentado 'muchísimo' en cinco años. En su caso es una tradición familiar, algo que hace desde pequeño, 'es increíble como ensucian y destrozan el bosque los que no saben como hacerlo', cuenta. A pesar su la afirmación, Astorch no está seguro de que sea una actividad que haya que limitar. 'Es preferible enseñar cómo debe hacerse que limitar la recogida, sea con la normativa que sea'. Pero la opinión de Astorch no se puede generalizar al colectivo de aficionados. Desde hace una década algunos de ellos reclaman la creación de normativa especifica o la obligación de poseer un carnet para poder llevar a cabo la búsqueda de las setas.

Josep Labraña es responsable de Micología del Instituto de Estudios Ilerdenses. A su juicio, el carnet no es una buena opción para abordar el problema. 'El carnet tiene sentido cuando se trata de comercializadores, una actividad que ya está controlada, pero si hablamos de aficionados que recogen para consumo personal, es más apropiado regularlo por normativas locales'. Según explica Labraña, países como Alemania e Italia tienen regulaciones de este tipo, 'se paga una cuota, uno o dos euros, por acceder a un bosque y te da derecho a coger varios kilos por persona, así los ayuntamientos responsables de mantener el bosque tienen ingresos extra'. Labraña explica también que en algunos bosques de Aragón, Extremadura o Andalucía existen cotos en los que la recogida está limitada con normativas similares. 'En Cataluña, a pesar de la afición generalizada, no hay ningún tipo de normativa', asegura 'y de momento la administración no tiene intención de desarrollarla'.

Las setas silvestres que nacen en los bosques se consideran, en términos jurídicos, sin propietario. Como la caza y la pesca, no son un bien accesorio a la propiedad de los terrenos en los que se desarrollan. Quien llega primero se queda la seta, a no ser que haya normativa que disponga lo contrario.