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Francia

Los alcaldes usarán el toque de queda contra los disturbios

Firmeza y justicia. Esas son las palabras que Dominique de Villepin, primer ministro francés, pronuncia hace días para 'tranquilizar' a los franceses ante la espiral de violencia desencadenada en los suburbios de París y extendida a decenas de ciudades. El Gobierno pondrá en la calle 8.000 policías más, y autoriza a los prefectos (delegados del Ejecutivo) a usar el toque de queda para combatir la violencia.

El primer ministro de Francia, Dominique de Villepin, anunció ayer en el telediario de máxima audiencia el recurso a 8.000 miembros de las fuerzas del orden, a quienes se unirán 1.500 reservistas, a fin de 'restablecer el orden público frente a la amenaza '. La medida llega después de que los disturbios callejeros sufrieran la peor noche de violencia, el sábado, por undécima jornada consecutiva. Hasta 1.408 vehículos prendieron fuego y 395 personas fueron detenidas. Y ya no se trata sólo de los suburbios de la capital.

En respuesta a la extensión de la violencia, el Consejo de Ministros aprobará hoy una medida que permita a los prefectos (delegados del Gobierno) aplicar el toque de queda 'en todo el territorio nacional' cuando las autoridades lo consideren necesario. Ante la demanda de algunos sectores de recurrir al Ejército, De Villepin calmó los ánimos y explicó que 'todavía no hemos llegado a ese punto '.El alcalde de Le Raincy (noreste de París) y diputado del partido del Gobierno se adelantó a la medida, y decretó anoche el toque de queda 'excepcional'.

La mediatización de la peor crisis de violencia que sufre Francia desde hace cuarenta años azuza la adrenalina de sus protagonistas, que en la mayoría de casos (según los jóvenes detenidos) no tiene más de 14 años. Hasta 36 policías resultaron heridos. De ahí que De Villepin aprovechara la cita televisiva para alabar la 'sangre fría ' de 'nuestras fuerzas del orden ', gracias a la que 'se ha podido evitar una catástrofe '.

El Ejecutivo se enfrenta desde ayer a la primera víctima mortal desde que comenzaron los disturbios. Jean-Jacques Le Chenadec, de 61 años, falleció ayer después de permanecer cuatro días en coma tras haber sido agredido a golpes en la localidad de Stains (Seine-Saint-Denis, a las afueras de la capital). Hasta el momento, 1.200 personas han sido detenidas.

Ahora el Gobierno se afana en acelerar las sentencias judiciales e intentar así frenar los acontecimientos. Ante la presión política y ciudadana, anoche el primer ministro esbozó algunas medidas ya puestas en marcha en el pasado para atajar la discriminación que sufren las poblaciones de estos barrios, como inculcar un oficio a los 15.000 jóvenes.

Fallece un hombre atacado por los violentos el viernes

Un hombre que estaba en coma desde la agresión que sufrió en medio de los disturbios del pasado viernes en la localidad de Stains (Seine-saint-Denis, afueras de la capital) ha muerto. Se considera que la agresión de la que fue víctima Jean-Jacques Le Chenadec en la noche del viernes fue provocada por unos desconocidos en medio de los disturbios que afectan hace días a ciertos barrios periféricos de varias ciudades. A su salida del Ministerio de Interior, la viuda expresó su deseo de que los responsables de la muerte de su marido 'sean castigados' y dijo que Sarkozy le ha prometido 'hacer lo posible para ayudarnos'. A la reunión asistió también un vecino del fallecido, Jean-Pierre Moreau, quien fue agredido por los mismos individuos.

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