Los conflictos de interés de Neelie Kroes volverán a salir a la luz
La previsible notificación a Bruselas de la compra de O2 por Telefónica pondrá de nuevo de actualidad los conflictos de interés de Neelie Kroes.
La operadora de móvil británica figura en el largo listado de compañías en las que Kroes desempeñaba algún puesto de responsabilidad hasta el momento de convertirse en comisaria europea de Competencia.
Neelie Kroes se comprometió entonces por escrito a no intervenir durante sus cinco años de mandato en ningún asunto relacionado con su actividad directa en esas compañías. Y a inhibirse durante un año, plazo que expira el próximo 22 de noviembre, en los expedientes de la Comisión Europea relacionados con la actividad de la compañía a partir de su salida del consejo de administración.
La segunda condición afecta, al menos, durante las próximas tres semanas, a una operación como la lanzada por Telefónica.
Pero incluso la primera podría ser invocada por algún abogado puntilloso, a la vista de la larga preparación que conlleva una operación como la planteada por las dos empresas de telecomunicaciones.
Ingresos
Si alguien conoce bien O2 es la comisaria de la Competencia europea. La holandesa fue consejera no ejecutiva de la compañía casi desde su nacimiento en noviembre de 2001. Y ocupó ese puesto, que en 2003 le reportaba 50.000 libras anuales (75.000 euros), hasta el 31 de agosto de 2004. Kroes coincidió en la empresa con buena parte de los directivos que han aceptado la oferta de Telefónica, desde el consejero delegado, Peter Erskine, hasta el director financiero, David Finch.
El titular de Mercado Interior, Charlie McCreevy, se está haciendo cargo de los expedientes que cede Kroes. Se espera que la fusión de Telefónica y O2 no se tope con grandes obstáculos en Bruselas. De lo contrario, la alarma por el pasado de Kroes probablemente arreciará.