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Concentración en telecomunicaciones

Los títulos de Deutsche Telekom y O2 cotizan una posible contraoferta

El 2,28% que cayó ayer Telefónica es un peaje barato teniendo en cuenta las dimensiones de la operación anunciada y el hecho de que los 26.000 millones de euros que cuesta O2 se abonarán en efectivo. El valor capeó con relativa soltura el chaparrón vendedor, y los analistas han dado el visto bueno a la compra. Pero Telefónica puede tener que lidiar con otro riesgo, el de una guerra de ofertas, tal y como reflejaban ayer tanto los mercados como las opiniones de los expertos.

O2 cerró a 205,75 peniques por acción, después de subir un 25%. Los 5,75 peniques de diferencia entre los 200 que ofrece Telefónica y el cierre prueban que el mercado ve posible una contraoferta. Los bolsistas tienen hasta nombre para el competidor: Deutsche Telekom. El gigante alemán ya aseguró en agosto, al abandonar las conversaciones que mantenía con KPN para lanzar una oferta por O2, que aún podía emprender la operación en solitario. Ayer sólo ganó el 0,14% cuando el mercado alemán subió el 2,14%, y llegó a caer el 1,5%. 'Lo más preocupante de esta compra es el riesgo de una contraoferta. Deutsche ya se interesó por O2, y son empresas que encajan. Una guerra de ofertas supone tiempo y dinero', señala Marian Fernández, gestora de Safei Grupo Inversis.

Standard & Poor's, de hecho, sólo ha rebajado un escalón la calificación de Telefónica 'porque la compra no se ha cerrado y puede que llegue una oferta mayor', según explica Leandro de Torres Zabala, analista de la firma. Joan Bonet, de Credit Suisse Gestión, señala que 'no es descartable que llegue Deutsche. Hace un mes la gente daba por hecho que los alemanes compraban O2'.

La oferta alemana, sin embargo, estaría dificultada por diversos aspectos, además del propio acuerdo de la dirección de O2 con Telefónica. Son los problemas regulatorios -O2 tiene negocio en Alemania- y que Deutsche parte de una situación financiera menos desahogada que Telefónica.

Salvado este aspecto, los analistas se muestran positivos sobre una operación que les pilló por sorpresa. 'Habían dado a entender que comprarían algo, pero no esperábamos esto. Se barajaba una operadora integrada, o en un mercado menos maduro', explica Marian Fernández. La sorpresa y las propias características de la compra explican la caída. 'Es lógica, incluso se queda corta teniendo en cuenta la dimensión de la operación', señala Alicia Jiménez, de Self Trade. La teleco abrió la sesión a las 14 horas, tras pasar la mañana suspendida por la CNMV, con una pérdida del 2,7%. Llegó a bajar un 3,38% antes de cerrar en 13,31 euros, un 2,28% abajo.

La caída no fue superior debido en buena parte a las propias cifras de la operación. Según la empresa, la compra aumentará un 7% el beneficio por acción. El PER 2006 de O2 es de 25 veces, y se trata de una empresa muy poco endeudada: 0,79 veces el beneficio de explotación. De hecho, además de Deutsche se habían barajado fondos de capital riesgo como eventuales compradores de O2. La mayor deuda que tendrá que asumir Telefónica -el doble que la actual- es un problema, pero la española se lo podía permitir. Como resume Alicia Jiménez: 'Si hay dinero y no se paga demasiado, comprar no es malo. Ahora queda confirmar las cifras dadas'.

A largo plazo, los analistas hablan ya de una redefinición de la compañía. 'Se constata la realidad de Telefónica. Ya no puede crecer tanto como antes y tiene que pelear con los competidores en su propio terreno, después de tener aquí la presión de Vodafone y, ahora de France Télécom', comenta Bonet. Otro gestor de fondos, más optimista, señala que 'es un movimiento muy audaz. Han comprado una posición estratégica para el futuro. En unos años habrá pocos jugadores en Europa y el tamaño será crítico. No sólo es lo que compra, sino las posibilidades que quita a sus rivales'.

Los mercados europeos, de hecho, tomaron nota. Operadoras menores como Telenor, KPN o Eircom se dispararon a la espera de un efecto dominó. Pero no será Telefónica su comprador. La española, que ha abierto la veda en un movimiento muy ambicioso, tiene ahora mucha tarea por delante.

La solvencia crediticia se resiente

 

Si bien Telefónica comunicó a la CNMV que sólo esperaba rebajas de calificación financiera de un escalón, ayer Standard & Poor's cambió el rating de A a A- y anunció un nuevo recorte, a BBB, cuando se complete la operación. 'La deuda pasa de 27.000 a 54.000 millones y no se retocará el dividendo ni las recompras de acciones. Mientras, sólo se añaden 2.800 millones de Ebitda sobre 25.000', explica Leandro Torres Zabala, analista de S&P, 'no significa que la operación sea mala, sólo reflejamos lo que pagan los bonistas por el mayor tamaño'.Fitch es menos agresiva. Ha cambiado la perspectiva a negativa, y como máximo la bajará un escalón, de A a A- si se confirma la venta, al igual que Moody's. 'Nos gusta que crezcan fuera de América y que lo hagan en Móviles, pero la operación tiene un claro impacto en ratings al ser 100% deuda', explica Erwin van Lümich, analista de Fitch. Esta firma señala en su nota que la presión sobre las cifras de la empresa se puede compensar 'por la lógica sólida de la operación y la posibilidad de tener una base de negocio global'.

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