Casaponsa afirma que la marca blanca distorsiona el mercado
La entrada de las grandes cadenas de distribución en marca propia con valor añadido e innovación desde hace un par de años, 'ha distorsionado las reglas del juego del mercado'. Esto ha provocado que 2005 sea un año difícil por el entorno agresivo y el crecimiento de los formatos especializados en la comercialización de marca blanca, propia o de distribuidor, según explica el director general de United Biscuits, Joan Casaponsa.
El grupo industrial, que cuenta con marcas como Apis, Fontaneda, Royal, Marbú, Filipinos y Chiquilín, sólo ha entrado en marca de distribuidor con el tomate en conserva debido al escaso periodo en que se desarrolla la campaña. Casaponsa considera que la salida para la industria está en la elaboración de productos diferenciados, con valor añadido y que incidan en la salud del consumidor. El problema es que la distribución también está entrando ya en este segmento de mercado y la marca propia representa ya entre el 22% y el 24,5% de la oferta comercial, como adelantó Cinco Días el pasado 25 de octubre.
A pesar de este entorno adverso, la filial española de United Biscuits espera cerrar el ejercicio con un Ebitda de 65 millones de euros, lo que supone un incremento de más del 8% sobre el año anterior. Las ventas, en cambio, se han mantenido estancadas en el entorno de los 380 millones. El ratio de Ebitda sobre ventas ha aumentado hasta el 17% frente al 9% que había antes de la reestructuración.
Joan Casaponsa define 2005 como el ejercicio de la consolidación, después de cuatro años en los que se ha llevado a cabo una fuerte reordenación de las instalaciones fabriles con la venta de la planta de Aguilar de Campoo (Palencia), el cierre de una fábrica en Túnez para trasladar su producción a la fábrica de Barcelona.