Perlas de chocolate, un dulce capricho
Las perlas de Tahití no son únicamente negras. A ese color, el clásico de esa variedad junto al gris, se le han ido uniendo otras con matices plateados, azules, verdes, rosas y también con tonalidades chocolate. Precisamente perlas de ese color han sido las elegidas por Bernat Rubí para diseñar una nueva línea de joyería que une esas gemas con oro y otros materiales.
Estas cultivadas perlas de la colección de Rubí, al igual que otras de Tahití, cuentan con formas diversas que les posibilitan adaptarse a distintos estilos y diseños, desde el más tradicional hasta el más vanguardista. El citado joyero catalán, que ha optado por combinarlas con hilos de oro y algodón, las engarza en pulseras, colgantes, brazaletes y sortijas. Los precios pueden ir desde 500 a 1.000 euros.
Las perlas de Tahití se cultivan a partir de las ostras pinctada margaritifera, a las cuales se les implanta otras pequeñas piedras fabricadas a partir de un molusco de aguas dulce. Después de un periodo superior al año y medio, las ostras producen ya esas raras perlas que nunca tienen la misma forma, pero que pueden asemejar frutas, capullos de flores o pequeñas esferas.
Los ámbitos en los que Bernat Rubí centra su actividad están relacionados con los diamantes, las perlas, los hilos de oro y algodón, así como un diseño muy variado, adaptado al publico al que vaya dirigido la joya.