Francia y la UE agrícola
Cuatro años de conversaciones internacionales sobre el comercio, conocidas como la Ronda de Doha, dependen de si Europa hace o no frente a un tirón proteccionista liderado por Francia. Hace pocos días, las perspectivas de un acuerdo parecían buenas. EE UU había reafirmado su rol de liderazgo en el comercio con una propuesta rompedora de reducir sus subsidios e impuestos si otros países hacían lo mismo. Naciones tan importantes como Australia, Brasil y la India hicieron sus propias ofertas. Aquello subió el envite para la UE, pero París -entre otros- se echó atrás. Entonces todo quedó a la espera (...).
El asunto más discutido por los países industrializados del mundo es, de manera perversa, sus consentidos sectores agrícolas. Los negociadores afirman que están cerca de alcanzar un acuerdo en subsidios a la exportación y ayudas domésticas. El punto de roce es el acceso a los mercados (...).
Francia se interpone ahora en el camino de un acuerdo sobre el comercio que realmente ayudaría a los países más pobres, todo por culpa de unos pocos granjeros de clase media -por no hablar de los grandes agronegocios-.
El comisario europeo, Peter Mandelson, debe tener autoridad indiscutida para negociar en nombre de la UE.