Codere retrasa su salida a Bolsa hasta cerrar la compra de Operbingo
El grupo de juego Codere ha tenido que paralizar los trámites de salida a Bolsa hasta que se resuelva la compra de Operbingo, según informaron ayer a la CNMV los responsables de la compañía.
Codere había articulado la operación de tal modo que antes de empezar a cotizar se realizó una emisión de bonos por valor de 335 millones de euros. Parte de este dinero estaba destinado a la adquisición de Operbingo (un operador de bingos, casinos y salas de juego) en Italia. Pero antes de la compra se debían abrir una serie de salas que, finalmente, han retrasado su inauguración.
Este retraso ha provocado una reacción en cascada, según explican fuentes cercabas a la operación, ya que al no contar con las salas previstas inicialmente en el folleto de emisión de bonos, el valor de Operbingo es inferior al que se había calculado.
Esto ha obligado a retocar técnicamente toda la operación de valoración de Operbingo y, por tanto, de Codere. Abogados y bancos de negocios están ahora en fase de reordenación de la operación.
Todo ello ha repercutido en los calendarios iniciales y aunque Codere nunca ha dicho oficialmente en qué fecha saldría al parqué, el mercado especulaba que podría ser antes de fin de año. Fuentes cercanas al grupo aseguran que este escollo puede suponer un retraso de semanas o meses. En todo caso, a la CNMV le ha parecido razonable la actual petición de la sociedad, según dichas fuentes.
Operbingo está participada en un 49% por socios italianos locales y en un 51% por la familia Franco, que también es accionista de Codere.
El capital de Codere está repartido entre Jesús Franco (23%), Joaquín Franco (18%), José Antonio Martínez Sampedro (18%), otros miembros de la familia Martínez Sampedro (17%) y minoritarios (12%). Un 3% pertenece al fondo Intermediate Capital Investment y el 9% restante es autocartera.
Cada una de las salas de bingo que opera Operbingo tienen diferente reparto accionarial pero en todas se repiten los mismos accionistas: Promec (los socios italianos), los Franco y los Martínez Sampedro.