Adiós a un niño republicano
El blog de Eduardo Haro Tecglen, 'el niño republicano', ejerció ayer de inusual velatorio. Cientos de internautas entraron en www.eduardoharotecglen.net/blog/ para dejar mensajes de cariño a este periodista y escritor que, a los 81 años de edad, falleció de madrugada en el Hospital Clínico de Madrid tras haber sufrido una arritmia en la tarde del lunes.
Su mujer, Concha Barral, mantuvo informados a los habituales del blog casi hasta la media noche. 'Su corazón no se ha parado, pero la recuperación es muy improbable', anunciaba. Y añadía, 'Eduardo no habría querido otra manera de decir adiós: ha dejado escrito el artículo de mañana. Ni un solo día de su vida ha dejado de escribir, de decir lo que pensaba, de denunciar la injusticia, de mostrar el otro lado del espejo o de levantar la alfombra para ver que se escondía debajo'.
En los últimos años, el afán de Haro Tecglen en 'decir lo que pensaba' se plasmaba en un espacio diario en las páginas del periódico El País. Visto/Oído era su rincón. 'Ya no abriré El País por la página que solía hacerlo', escribe un lector en el blog.
Además de columnista y editorialista de El País, Haro Tecglen ejercía de crítico teatral y de colaborador en la Cadena Ser, en A vivir que son dos días y La Ventana.
Con motivo de su 80 cumpleaños, Haro Tecglen recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid. En ese homenaje se definió como 'raro, enamoradizo, republicano y, ante todo, rojo'. También recibió el premio de periodismo Derechos Humanos, el Francisco Cerecedo y el Javier Bueno.
Haro Tecglen, nacido en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, se graduó en 1943 en la Escuela Oficial de Periodismo y comenzó su carrera profesional en la sección de deportes del desaparecido diario Informaciones, donde permaneció hasta 1945. Tras años de corresponsal, primero en Tetuán y después en París, fue redactor en la revista Triunfo, publicación que luego dirigió hasta 1980 cuando pasó a Tiempo de Historia. Posteriormente se incorporó a El País.
Como escritor de libros, Haro Tecglen optó con frecuencia por la autobiografía como en El niño republicano (1996) o Hijo del siglo (1998), libro en el que da una visión desencantada del siglo XX bajo un punto de vista decididamente marxista. En otro libro, El Refugio (1999), mira a su juventud y recuerda como, bajo la dictadura, debía escribir a favor del régimen, lo que ha dado cuerda a sus críticos: 'Me han llamado ya estalinista, espía soviético, momia, han dicho que soy mala persona, perverso. Sólo les quedaba el peor insulto: llamarme lo que ellos eran, falangista' escribe.
Los restos mortales de Eduardo Haro Tecglen han sido donados a la ciencia, como así era su deseo, y en lugar de funeral se celebrará un acto de despedida cuya fecha aún no se ha confirmado.
25.000 escritos
Pozuelo, Juan Aldebarán y Pablo Berbén son algunos de los seudónimos utilizados por Eduardo Haro Tecglen a lo largo de su dilata trayectoria como articulista. No en vano deja más de 25.000 artículos publicados en los que ha plasmado su ideología decididamente republicana, marxista y, en ocasiones, anarquista como no podía ser menos en un rebelde con muchas causas. Por los años en que vivió, en plena dictadura franquista, Haro Tecglen tuvo que escribir a favor del régimen, como así ocurrió con una oda al fundador de la Falange, Dies Irae, muy del gusto de sus detractores y a la que acuden para recordarle un pasado que éstos añoran. Entre los ensayos más conocidos de Haro Tecglen figuran Los derechos del hombre (1969) y el más cercano La guerra de Nueva York (2001).