El mercado ante la subida de tipos
Una de las cosas que más llama la atención de la Bolsa es la paradoja entre la sobredosis de información en el mercado y la incertidumbre que pesa sobre éste. No es fácil encontrar otro ámbito de la sociedad sobre el que se escriba tanto, sobre el que se hagan tantos cálculos y que mantenga a tanta cantidad de gente supuestamente brillante y con altos sueldos sólo a cambio de observar la realidad. Pero, de forma paralela, cualquier bolsista con un algo de cuajo sabe que quien dice poder predecir de modo fiable la tendencia de la Bolsa tiene un punto de fanfarrón.
Uno de los pocos elementos a los que se puede agarrar el inversor es a la historia, que tiende a repetirse. Las fluctuaciones en los precios son fruto de las expectativas de las personas. Los cambios tecnológicos o sociales pueden cambiar algunas pautas de comportamiento, pero en el fondo las expectativas estarán sometidas a los ciclos de pánico y euforia. De igual modo que la Bolsa estará sometida a los ciclos económicos mientras existan.
Uno de los patrones que se repiten es que cuando los tipos de interés suben la Bolsa baja. No se puede saber exactamente cuándo, puesto que las subidas de tipos son procesos largos y la Bolsa puede anticiparse a ello o no, y puede sufrir sus efectos a medio plazo o no. En cualquier caso, lo único cierto es que tarde o temprano la Bolsa notará el cambio en el precio del dinero o, mejor dicho, en el precio del uso del dinero.
En Estados Unidos, de hecho, ya lo está notando. Aunque el día a día de los mercados parece condicionado por aspectos cortoplacistas como huracanes o resultados, lo cierto es que las 11 alzas de tipos practicadas por Alan Greenspan desde junio de 2004 han hecho mella en el mercado. El Dow Jones pierde casi un 5% en 21005.
Los mercados europeos tienen mejores perspectivas según los analistas, puesto que las subidas de tipos serán más moderadas y se verán compensadas por los resultados empresariales. Puede que sea cierto. Pero la historia dice otra cosa.