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Henry McKinnell

'Podemos ganar la guerra contra el sida'

La primera farmacéutica del mundo presenta hoy sus resultados trimestrales. La multinacional afronta el riesgo de menos ingresos por la pérdida de patentes y la competencia de medicamentos genéricos. El presidente de la multinacional repasa los retos empresariales de Pfizer y habla sobre su labor contra el sida

La mayor farmacéutica del mundo está inmersa en un plan de reducción de costes, con vigencia hasta 2008, necesario para encarar la pérdida de ingresos por la competencia de los medicamentos genéricos, la pérdida de patentes y la retirada del mercado de su fármaco Bextra. Pfizer, que hoy presenta resultados trimestrales, reconoce que se encuentra en un periodo 'de transición'. En el primer semestre del año los beneficios de la compañía han caído un 28%, hasta los 3.135 millones de euros. Su presidente, Henry McKinnell, se muestra no obstante confiado: 'Nos hemos preparado para este momento', asegura el ejecutivo en el despacho de un médico de un centro para sida situado en Mbara, Uganda.

Como presidente de la primera farmacéutica del mundo, ¿cuál cree que es su responsabilidad en la lucha contra el sida?

Mi responsabilidad personal es liderar mi compañía lo mejor que pueda y creo que eso incluye que Pfizer se involucre en la lucha contra el sida. Podríamos desentendernos, pero entonces tanto los accionistas como el público dirían que somos parte del problema y se, por mis colegas, por nuestros laboratorios, que lo mejor que podemos hacer es ser parte de la solución de la pandemia del sida. Y eso es lo que hacemos cooperando en África.

¿Qué opina de los que exigen a las multinacionales farmacéuticas más involucración?

El problema del sida en África es muy frustrante. Puedes estar frustrado con las farmacéuticas, los Gobiernos, las ONG. Pero yo no soy ese tipo de persona, a mi me gusta buscar solución a los problemas. Claro que hay muchísimo más que hacer, pero hemos comenzado bien. En todo caso, entiendo la rabia: hay gente muriendo.

¿Hay esperanza en la lucha contra el sida en África?

Hemos demostrado que podemos ganar la guerra contra el sida, no será en un año o en una década, pero podemos ganar esta guerra. Podemos tratar de extender a África el programa ABC Abstinencia, Fidelidad y Preservativos, el significado de las siglas en inglés que está teniendo éxito en Uganda y, más importante aún, continuar con las investigaciones para tratar que los pacientes con sida vivan más. Creo que pronto veremos mejoras en el tratamiento.

¿Demandaría una mayor colaboración del sector privado y el público en esta guerra?

El sector privado puede hacer mucho más; cada compañía radicada en el África Subsahariana debería tener una política en relación con el sida, no estigmatizar la enfermedad, tener programas de educación para sus empleados y para aquellos que son portadores del virus, eso ayudaría muchísimo porque todo aquel que trabajara para una empresa en África Subsahariana podría tener acceso a tratamiento y creo que es una oportunidad para cualquier empresa que esté en esta zona para sumarse a la lucha.

Pfizer define este año como de transición, ¿cuál es la previsión de resultados para este año?

Presentamos nuestros resultados el jueves hoy; no puedo decir nada.

¿Por qué hablan de un año de transición?

Porque muchos de nuestros productos que lanzamos en los años noventa están perdiendo las patentes en el mercado, están expirando; pero estamos introduciendo nuevos fármacos.

Pfizer ha aprobado un plan de reducción de costes, hasta 2008, valorado en 8.250 millones de euros. ¿Tendrá este plan alguna incidencia en España?

Habrá cambios en todos los mercados en los que operamos. España continuará creciendo, es uno de nuestros mercados más fuertes en el mundo.

¿Pero habrá reducción de plantilla o cierre de plantas?

No.

La semana pasada el Tribunal Supremo de Londres decidió mantener la principal patente de Pfizer sobre el principio activo de Lipitor el medicamento, contra el colesterol, es el más vendido en el mundo y supone cerca de un 20% de la facturación total de Pfizer; la compañía india Ranbaxy trata de sacar al mercado un genérico.

Fue una decisión muy importante para la innovación en el campo de la medicina, el sistema de patentes está diseñado para recompensar a quienes hacen grandes inversiones en I+D. Lo que pasó fue que una empresa que no había hecho ninguna investigación Ranbaxy, pero que tiene una batería de abogados súper astutos, trató de derrotar al sistema. Su victoria hubiera sido un mensaje muy negativo para aquellos que invierten en la investigación necesaria para combatir enfermedades como las que afectan al corazón, contra el cáncer o el sida, así que pienso que fue una decisión muy importante en apoyo del sistema.

Pero el tribunal sentenció que una parte de la patente de Pfizer es inválida.

Perdimos una de las patentes, pero pensamos apelar y cuando las leyes europeas correspondientes se apliquen, ganaremos.

Pfizer está estudiando la posibilidad de crear un nuevo fármaco contra el colesterol partiendo del mismo Lipitor ha invertido 800 millones de dólares en este estudio que se está empezando a aplicar en 25.000 pacientes en el mundo; el nuevo fármaco combinará el principio activo de Lipitor con el torcertrapib y tendría como finalidad disminuir el llamado colesterol malo e incrementar el bueno.

Los estudios están encaminados, no sabremos los resultados hasta que hayan sido completados pero tenemos muchas razones para ser optimistas al respecto. Son estudios que duran dos años, los iniciamos el pasado año, estarán listos en cualquier momento y tenemos muchas razones para pensar que la combinación de los dos principios activos reducirá enormemente los riesgos de enfermedades coronarias.

¿Podría estar listo el año que viene; será considerado como un nuevo fármaco?

Podríamos tener el estudio completo el próximo año. Y sí, será un nuevo medicamento.

Usted tiene 62 años; a los 65 el presidente de Pfizer debe jubilarse; ¿cuáles son sus planes?

Pfizer es una compañía centenaria. Pienso llegar a los 65 años como presidente; cuando llegue el momento habrá un hombre o una mujer preparado para el cambio. Me gustaría seguir ligado a las acciones de Pfizer en África, a través de la Fundación Pfizer, quizá.

La responsabilidad social del líder mundial

Sobrevolando en un pequeño jet el Lago Victoria, de camino a Mbara, en Uganda, Robert Mallett trata de explicar por qué Pfizer se involucra en la lucha contra el sida sin aparentemente buscar negocio. Mallett trabajó con Bill Clinton como asesor en su etapa de presidente de EE UU. Actualmente es un alto directivo de Pfizer encargado de las relaciones de la compañía con Gobiernos de todo el mundo: 'Hace unos años nunca habría dicho que trabajaría para Pfizer', dice. La multinacional ha invertido 35 millones de dólares en la construcción de un centro de tratamiento de la enfermedad del sida en Uganda; distribuye gratuitamente su fármaco Diflucan, contra infecciones que padece un alto porcentaje de pacientes de sida, y apoya a la ONG local TASO en su lucha contra la enfermedad.La presión social en el mundo exigiendo un mayor compromiso corporativo a la hora de encarar tragedias humanas ha aumentado en los últimos años. Esto podría motivar que Pfizer emprendiera acciones como estas de cara a mejorar su imagen ante la opinión pública. Pero para Robert Mallett existe fundamentalmente una razón de tinte psicológico.El ejecutivo explica que al igual que EE UU, como primera potencia mundial, considera que tiene un rol que desempeñar en el mundo, Pfizer, como líder farmacéutico y compañía estadounidense, también cree que tiene 'algo que hacer en el mundo'. TASO, la ONG que trabaja en esta provincia ugandesa contra el sida, recibe fondos de Pfizer y otras compañías estadounidenses. 'Recibimos ayuda también de Gobiernos europeos, pero de ninguna compañía de la UE', dice Alex Countinho, presidente de la ONG. ¿Por qué? 'Porque son culturas diferentes', afirma.

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