Bruselas cede ante el sector bancario y relaja las normas sobre créditos al consumo
La Comisión Europea presentó ayer un nuevo proyecto de directiva para regular los créditos al consumo en el que ha limado las aristas reguladoras que asustaban al sector. Los préstamos hipotecarios y los superiores a 50.000 euros, en concreto, quedan excluidos de la nueva normativa.
La Federación bancaria europea (FBE) acogió con evidente satisfacción el nuevo texto, reconociendo que 'se han tomado en cuenta la mayoría de nuestras preocupaciones'. Jim Murray, director de la oficina europea de organizaciones de consumidores (BEUC, en sus siglas en francés), también constata que 'la nueva propuesta es menos ambiciosa que la versión inicial'.
El proyecto anterior embarrancó en el Parlamento europeo donde se topó con 150 enmiendas y una de las críticas más feroces escuchas en el hemiciclo comunitario sobre la validez de una directiva presentada por la Comisión.
Bruselas ha optado ahora por reducir de 100.000 a 50.000 euros el umbral máximo de los créditos que deberán respetar las normas de información al cliente y de derechos de retractación o cancelación.
Los préstamos hipotecarios quedan excluidos expresamente de la directiva. Y se suavizan las normas aplicables a los descubiertos o números rojos derivados del uso de las tarjetas de crédito, que en el anterior texto se equiparan a un crédito al consumidor.
Murray cree que, aún así, la ley 'debería mejorar la situación de algunos consumidores', aunque teme que 'no tenga más que un leve impacto en la construcción de un mercado único del crédito al consumo'.
El eurodiputado alemán del grupo Popular, Joachim Wuermeling, advierte, en cambio, que la Comisión 'aún no ha restringido de manera suficiente la aplicación de la directiva'. Wuermeling, que fue una pieza clave en el fracaso de la anterior iniciativa, critica, por ejemplo, que la directiva someta a control los préstamos menores de 300 euros.
Divergencias
'Y la Comisión sigue apostando por una armonización legal en lugar de proponer normas mínimas que permitan tener en cuenta la diferente estructura de los mercados nacionales de crédito'. Una reacción del europarlamentario alemán que augura una difícil tramitación para un texto que, precisamente, busca la integración de ese segmento del sector financiero.
El crédito al consumo mueve al año más de 500.000 millones de euros en la Unión Europea (sin tener en cuenta a los 10 países que ingresaron el año pasado).
Bruselas cree que esa abultada cifra puede dar una imagen engañosa sobre la situación del mercado, porque oculta enormes disparidades entre Estados, así como la práctica inexistencia de créditos transfronterizos (concedidos a un cliente de otro país).
'La media de crédito al consumo por hogar varía mucho', señala la CE. 'En España, por ejemplo, era en 2002 de 942 euros mientras que en el Reino Unido ascendía a 18.000 euros'.
El nuevo proyecto, quizá para favorecer un mayor endeudamiento, relaja las normas sobre información previa al prestatario y sobre la responsabilidad de las entidades respecto a la concesión de créditos por encima de la capacidad de devolución de un cliente.