Bulgaria y Rumanía: nuevas oportunidades para los inversores españoles
La ampliación de la UE continúa. La Europa de los 25 parece que tiene los días contados, ya que Bulgaria y Rumanía, dos países relacionados con la antigua orbita soviética, pueden firmar en octubre un tratado de adhesión con la UE, que les permitiría ser socios de pleno derecho a partir del 1 de enero de 2007. Esta nueva ampliación supone, según los expertos, una nueva oportunidad para que los inversores españoles aprovechen dos economías emergentes y con buenas perspectivas de futuro.
Tanto Rumanía como Bulgaria han sido los últimos países pertenecientes al desaparecido Consejo de Ayuda y Cooperación Mutuas (COMECON), el §mercado común§ de la Europa del Este, en solicitar el ingreso en la UE, debido a su tardanza en iniciar la ronda de negociaciones (enero de 2000). Entre la principales exigencias de la UE para la adhesión de Bulgaria están el reforzamiento de la independencia de su sistema judicial y mayores esfuerzos para combatir la corrupción . A Rumanía se le ha pedido que adopte medidas para controlar su frontera, que será la más larga de la Unión Europea y esfuerzos para resolver los problemas de sus minorías, especialmente, de la población gitana. El 25 de octubre la Comisión presentará al Grupo Ampliación su informe global y propondrá, en caso de riesgo de incumplimiento de los acuerdos, las medidas oportunas.
Desde el Consejo superior de Cámaras de Comercio, Raúl Minguéz advierte que pese a no ser un mercado prioritario para los inversores españoles, cuya presencia es ¢exótica¢, según las cifras que ellos manejan, un 75% de ellos dicen ser conscientes del reto que esta nueva ampliación supone para el tejido empresarial español y un 43% de ellos busca una mejora en su: competitividad, calidad y servicio para lograr intentar aprovechar la apertura de estos nuevos mercados.
Rumanía: después de Caucescu
De entrar en la UE, Rumanía con 22, 4 millones de habitantes se convertirá en el segundo mercado en importancia de Europa oriental y sus recursos naturales (uranio, oro, gas natural, carbón, petróleo y carbón) hacen del país un goloso bocado para los inversores extranjeros. Después de la caída de la dictadura de Nicolae Caucescu, la privatización de la economía que exigía Bruselas ha tenido que enfrentarse con parte del sector empresarial del país, que creían que su débil economía no soportaría la competencia.
Sin embargo, la situación de Rumanía ha ido mejorando año tras año y el crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos cuatro ejercicios ha alcanzado una media del 5%, y para este año 2005 se prevé un crecimiento del 5,5%, cifra es muy superior a la media de los países pertenecientes a la UE, según indica el Instituto Nacional de Estadística de Rumanía. Desde Analistas Financieros Internacionales (AFI), José Antonio Herce resalta que Rumanía esta haciendo muy bien sus deberes especialmente en el plano macroeconómico, con un crecimiento muy fuerte, un bajo nivel de desempleo y un escaso déficit público.
El problema de la inmigración
Pese a estos buenos datos, otros indicadores no son tan positivos, como por ejemplo el salario mínimo o la tasa de inmigración que dejarían a este país en los últimos lugares de la UE. Precisamente desde una de las principales empresas españolas con intereses en Rumanía, se apunta que, exceptuando el detalle de la inmigración, la situación recuerda bastante a la que vivía España al inicio de la transición.
Pero precisamente la inmigración es uno de los problemas que más preocupa a la UE y al tejido empresarial español. En estos momentos la población rumana es el tercer grupo de inmigrantes más numeroso en España después de los marroquíes y los ecuatorianos y se ve con cierto temor la libre circulación de personas que traería la entrada en la UE. Sin embargo, José Antonio Herce cree que con la ampliación la ¢economías tenderán a igualarse y los rumanos ya no tendrán que salir de su país para intentar vivir mejor¢. Además, el analista de AFI resalta que en cualquier caso la UE ¢ha preparado periodos transitorios¢ para la implantación de la libre circulación de manera que no pueda producirse un caos.
El caso Búlgaro
La situación de Bulgaria es similar a la de Rumanía pero con ciertos matices. Se trata de un país mucho más pequeño, con tan sólo ocho millones de habitantes, cuyo crecimiento económico se situó en 2004 en el 5,6% y su nivel de desempleo ronda el 12%, una cifra similar a la que maneja por ejemplo Alemania, según los datos facilitados por el Banco Nacional de Bulgaria y el Instituto Nacional de Estadística búlgaro. También tiene una cierta estabilidad monetaria con una moneda, el lev, que esta pegado en cotización al euro. En este sentido ya en 2002 la Comisión Europea evaluó a Bulgaria como ¢una economía de mercado en funcionamiento¢ con alto grado de estabilidad macroeconómica y con mecanismos de mercado en funcionamiento.
Para Raúl Minués del servicio técnico de las Cámaras de Comercio, las oportunidades de inversión que ofrece Bulgaria se sitúan en sectores como el de la construcción, las telecomunicaciones o el energético, destacando las oportunidades que van surgiendo por las privatizaciones de antiguas empresas estatales.
Bajo riesgo de deslocalización
Dos de los problemas que más preocupan al tejido industrial español son la posible deslocalización que pueda traer esta nueva ampliación y las posibles consecuencias negativas para la agricultura y la ganadería española. Desde AFI, José Antonio Herce aclara que de producirse, esta nueva ampliación es mucho menos problemática que la de 2004 ya que afecta tan sólo a unos 30 millones de personas y a dos países donde a pesar de la mano de obra barata, no tienen el nivel productivo de países como la República Checa o Eslovenia.
En el caso de la agricultura, Herce destaca que ¢la ganadería y la agricultura de grano serán las más afectadas por esta ampliación¢ y en general la economía continental ya que para los productos mediterráneos estos países no suponen competencia.