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CincoSentidos

La formación continúa al salir del colegio

Las actividades extraescolares destapan aptitudes ocultas de los niños

Los más pequeños de la casa viven, en ocasiones, jornadas más intensas en actividades que sus propios padres trabajadores. A las horas en el colegio se suman las dedicadas al deporte, a talleres de arte o música, a clases refuerzo y a un sinfín de tareas que llenan una agenda que ni de lejos soportaría un adulto. Sin embargo, los expertos coinciden en que los niños son como esponjas, sacan partido de todo e incluso antes de los seis años tienen una gran capacidad de aprendizaje. Las actividades extraescolares pueden descubrir y potenciar aptitudes que de otro modo nunca saldrían a la luz. Pero todo con un límite. Los niños, como los mayores, también necesitan tiempo para sí mismos.

Para el profesor y doctor en psicología y pedagogía de la Universidad Complutense de Madrid, Valentín Martínez- Otero, 'las actividades extraescolares deben responder a una planificación pedagógica. Tienen que tener una intención educativa y no buscar que el niño esté ocupado porque los padres no pueden estar con él'. Ahora bien, para este psicólogo, si la opción es que el niño esté solo en casa viendo la televisión, siempre será mejor que se ocupe en actividades con otros niños.

Montserrat Ferraro, psicóloga especializada en gestión del aprendizaje se muestra muy partidaria de las actividades extraescolares, 'entre otras cosas, sirven para que los niños aprendan a distribuir su tiempo', señala. Pero en esa gestión del tiempo Ferraro cree imprescindible que 'el niño disponga, al menos, de una hora en casa, en su espacio, para estar consigo mismo, sus padres o hermanos'. Además, Ferraro recuerda que con los juegos, los niños también aprenden.

Al elegir las actividades Martínez-Otero aconseja que los padres cuenten con la opinión de los orientadores de los colegios y de los profesores, pero también con el niño. Para Ferraro, los padres deben averiguar si los niños están o no cómodos con sus actividades a través de preguntas positivas. Por ejemplo, no hay que preguntar '¿te han reñido hoy?', ni tampoco '¿te has portado bien?', porque transmite aspectos negativos. En su lugar, es mejor '¿te has divertido?' o '¿cómo ha ido todo?'.

En cuanto a la edad para apuntar al niño a las actividades extraescolares, Martínez-Otero considera que puede ser desde bebés, 'la edad no es tan importante como el que se adapten a cada uno y se sea prudente'. Ferraro, que trabaja con niños deportistas, recuerda que antes de los 11 años los niños deben 'conocer los diferentes medios, pero no centrarse en un deporte'. Lo mismo ocurre con otras tareas. Es bueno que desde pequeños se acostumbren a sonidos en otros idiomas o que sepan que existe la música, pero antes de los seis años el aprendizaje debe asociarse al juego.

El problema de aprender más que el resto

Tan contraproducente es que un niño se retrase en sus estudios respecto a sus compañeros de clase como que se adelante en sus conocimientos. Pero, en todo caso, si un niño adquiere un nivel muy alto en alguna materia gracias a cursos fuera del colegio, el centro debe respetar esta situación.Según explica Martínez-Otero, el mayor conocimiento debe 'canalizarse para que el niño no se quede fuera de juego'. Así, por ejemplo, los profesores pueden utilizar a este alumno para que ayuda a otros niños.En todo caso, este psicólogo aconseja que los padres respeten el ritmo normal del colegio y que el aprendizaje no se fuerce. Como excepción, los expertos señalan el caso de los niños con habilidades especiales y que requieren un aprendizaje más rápido y adecuado a sus especiales capacidades.

Actividades para cada perfil de niño

Vencer la timidez de un niño puede trabajarse aumentando su resistencia y su autoconfianza. En este área, los expertos recomiendan el ejercicio físico. Puede tratarse de deportes individuales como de equipo. Pero dado que estos últimos promueven las relaciones con otros hay que ir despacio y sin forzar situaciones. Con los niños tímidos hay que evitar las burlas y el exceso de protección. Si el niño tiene un amigo, es bueno que compartan actividades en las que uno haga de enlace del otro con el resto.canalizar habilidades es una de las misiones de las actividades extraescolares. Desde la aptitud para pintar a la capacidad para manejar números o inventar historias, el niño debe tener la oportunidad de dedicar tiempo a lo que se le da bien. Pero nunca debe sentirse forzado a ir a unas clases. Ante una negativa a ir a un curso, los padres tampoco deben darse por vencidos. Hay que averiguar qué pasa y razonar las ventajas de ir o no a esa clase. Por pequeño que sea el niño, siempre hay que razonar con él.superar la pereza y la apatía de los niños es otro de los objetivos que se logran con actividades extraescolares. Todo lo que aporte disciplina, como el ir de acampada o estar unos días en una granja escuela, da buenos resultados. A la convivencia que se impone en estas actividades, se une el reparto de tareas, lo que fomenta la responsabilidad. En casa, hay que fijar obligaciones y un código de normas. Hay que evitar el reproche, 'eres un vago, nada te interesa' y fomentar el reconocimiento de los logros.los extrovertidos, sin problemas para relacionarse, pero con afán de protagonismo y exceso de actividad tienen en los ejercicios de reflexión un contrapeso a su carácter. En este sentido, juegos como el ajedrez fomentan la concentración. Pero, al tiempo, estos niños encuentran en el teatro y en las dramatizaciones en las que se improvisan historias y disfraces, la canalización adecuada a su forma de ser. Como a todos y, como así señalan los expertos, la práctica del deporte siempre es buena para todos.

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