La SEPI prevé cerrar el proceso de venta de los astilleros en el mes de febrero
La venta de los astilleros públicos que no se integraron en la nueva empresa militar naval, Navantia, durará unos cuantos meses. Según aseguró ayer el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, en una reunión con la Comisión de Seguimiento de liquidación de Izar (integrada por todos los sindicatos firmantes de los acuerdos del 16 de diciembre de 2004), la venta de los cuatro centros se prevé cerrar en febrero.
El lunes se abrió el plazo para que las empresas presenten un requerimiento ante la SEPI sobre su interés en los astilleros de Gijón, Sevilla, Sestao y la fábrica de motores de Manises. Después de una serie de documentación y el depósito de una fianza de 18.000 euros, las compañías interesadas recibirán el cuaderno de venta.
Aunque aún no hay ofertas formales, la SEPI aseguró ayer a los sindicatos que conoce el interés de algunas empresas, como el Grupo Boluda y Astilleros de Sevilla. También reconoció que hasta el momento no hay ofertas por los cuatro astilleros en bloque, pese a que en el cuaderno de venta, según fuentes cercanas a las partes, se asegura que tendrán prioridad las ofertas globales sobre las individuales.
En todo caso, la SEPI se comprometió ayer a respetar los acuerdos alcanzados el pasado 16 de diciembre y se reafirma en su intención de pactar cualquier decisión sobre la venta con las centrales sindicales.
Situación extrema
En la reunión de ayer también se hizo un repaso de la situación extrema que viven algunos astilleros, sin carga de trabajo desde hace meses. Pese a que la SEPI afirma que ya se ha cumplido el 80% de los objetivos, los sindicatos se quejaron de la falta de trabajo en muchos de ellos.
La situación peor la vive el centro de Sevilla, que sólo está fabricando una esclusa (algo que ocupa a una mínima parte de la plantilla) y dentro de poco se quedará sin un solo contrato a la vista. También Gijón está al límite. En un mes se acabará su actividad, al igual que en Sestao, donde, tras la fabricación de un gasero, no habrá más contratos.
Los sindicatos avisaron a Martínez Robles que si esta situación no cambia, independientemente de la venta de los centro, están dispuestos a iniciar movilizaciones.