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Estatuto de Cataluña

Zapatero reclama confianza para encajar el Estatut en la Constitución

El Estatut catalán entró ayer en el Congreso y endureció el enfrentamiento entre el Gobierno y el PP. José Luis Rodríguez Zapatero reclamó confianza para encajar el texto dentro de la Constitución mientras Mariano Rajoy rechazó toda posibilidad de colaborar con el PSOE en su tramitación parlamentaria.

Dos horas antes de recibir al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en La Moncloa, Zapatero se enfrentó en el Congreso a tres preguntas sobre el Estatuto catalán, sólo un preludio del calvario que se le viene encima al Gobierno durante la larga tramitación que le espera al texto procedente del Parlamento catalán. En los pasillos del Congreso, Mariano Rajoy comentó que no se meterá en un 'lío' para que Zapatero 'quede bien'.

El fuego lo abrió el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, defensor del Estatuto llegado desde Cataluña y muy crítico con la 'inquisición constitucional' que, en su opinión, se ha desatado contra el mismo. Zapatero le reprochó el uso de esta expresión y dejó claro que las Cortes tendrán la última palabra. El segundo en intervenir fue el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, quien alertó del riesgo de 'poner la Constitución como un dique excluyente'. El presidente le respondió que la Carta Magna 'no es un muro ni un corsé, sino una garantía de convivencia'.

Por fin, le tocó el turno al líder del PP, quien acusó a Zapatero de no estar 'a la altura de su responsabilidad como presidente del Gobierno' por haber promovido 'un cambio constitucional de gran calado que rompe el modelo de Estado'. 'Una nación no es una palabra, es un proyecto de convivencia...', remató el líder del PP. Fue entonces cuando Zapatero, midiendo muy bien sus palabras para no polemizar con sus socios parlamentarios, reclamó 'confianza en los procedimientos democráticos y parlamentarios' y también 'en que habrá un buen resultado', producto de las enmiendas que piensa introducir el PSOE tras la correspondiente negociación con el PSC, ERC, CiU e Iniciativa per Cataluña. Al final, abundó el presidente, el Gobierno va a conseguir una reforma 'razonable' del Estatuto y se va a 'mejorar el autogobierno de Cataluña'.

En este contexto, Zapatero recordó a Rajoy que al inicio de la transición y, con posterioridad, cuando se pusieron en marcha las primeras reformas estatutarias, 'hubo quien dijo que el proceso nos conduciría al desastre'. 'Si ahora sabemos trabajar bien', añadió, 'tendremos una reforma muy buena para los catalanes y para la estabilidad de España'.

El presidente emplazó a Rajoy a 'dejar de meter miedo absurdamente a los españoles sobre nuestro futuro'. La frase fue aprovechada de inmediato por el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, para sugerir al Gobierno que 'recomiende al ministro de Defensa y al presidente extremeño que tampoco metan miedo a los españoles'. José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra son los dos dirigentes del PSOE que más han criticado abiertamente el Estatuto catalán y que más han acentuado su presunta inconstitucionalidad.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, emplazó a Zaplana a convencer al PP para que 'eche una mano y permita un debate sosegado para no caer en el tremendismo'. Pero el portavoz popular no sólo no cogió el guante, sino que rechazó cualquier posibilidad de colaboración con el Ejecutivo para enmendar el texto llegado de Cataluña. 'No nos llamen para correcciones engañosas o para anestesiar a la gente. No pueden pedirnos colaboración en este tema', sentenció.

La sesión de ayer estuvo precedida por declaraciones de casi todos los protagonistas que, de una u otra forma, han intervenido en la elaboración del Estatuto. El presidente de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira, madrugó para lanzar al Gobierno una advertencia. En su opinión, sólo hay tres salidas si el Estatuto queda 'desnaturalizado' en el Congreso: la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, con el consiguiente terremoto político en Madrid, la convocatoria de un referéndum o la retirada del texto por mayoría simple en el Parlamento autonómico.

Cataluña debe pagar menos

Antes de entrevistarse en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pasqual Maragall reconoció ayer que el modelo de financiación incorporado al Estatuto busca que Cataluña pague menos, en detrimento de otras comunidades como Extremadura que, en su opinión, 'han ido adquiriendo una capacidad económica importante' en los últimos años.En declaraciones a Antena 3, Maragall advirtió que el PSOE no tendría votos suficientes en el Congreso de los Diputados si quisiera modificar 'radicalmente' la propuesta aprobada en el Parlamento catalán.Sobre los efectos de un posible fracaso del Estatuto, señaló que ni 'Maragall se cargará a Zapatero ni al revés', pues, a su juicio, los dos 'se están cargando de razones para que se entienda que el proyecto iniciado por ambos es el de una España federal'.A juicio de Maragall, los partidos catalanes que apoyan el nuevo Estatut no piden 'ni la autodeterminación ni la independencia' de Cataluña, aunque sí cree que es 'innegociable' que, de una manera u otra, Cataluña se defina como una nación en el texto que salga de las Cortes.El presidente catalán, aseguró que es el PP y no el 'cuatripartito' quien 'probablemente está alumbrando una ruptura' de España con su oposición 'frontal' a un nuevo Estatut avalado por el '90% del pueblo de Cataluña', y del que ya admite que deberá 'modificarse'.

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