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Lealtad, 1

Estadísticas para el rally de fin de año

El mundo bursátil, en general, es muy dado a tirar de estadísticas a la primera de cambio. Siempre que el mercado logra una marca, se cierra un periodo o se produce una caída muy fuerte, se echa mano de los datos pasados para determinar si ha sido la mayor subida, el peor mes o la caída de más calado en no sé cuanto tiempo.

A veces puede resultar exagerado, pero la Bolsa ha demostrado tener unos comportamientos estacionales que suelen repetirse a lo largo del tiempo y que conviene tener presentes, aunque sin menospreciar otros argumentos de mayor rigor.

El caso es que la Bolsa se acerca, -o quizás ya ha entrado de lleno- a lo que se conoce como el rally de fin de año. Esta expresión se refiere al hecho de que las Bolsas suelen subir durante los últimos meses del año. Basta echar una ojeada al pasado más reciente para confirmar esta tendencia.

El Ibex 35, por poner el ejemplo más cercano para el inversor español, se ha revalorizado durante el último trimestre del año en 10 ocasiones desde su nacimiento en el año 1992. Sólo cabe lamentar tres últimos trimestres de pérdidas en los últimos 13 años: el de 1994 (-2,8%), el de 1997 (-0,2%) y el último trimestre del fatídico año 2000, cuando el índice perdió un 16,81%.

Obviamente, el rally de fin de año no es un fenómeno casual que se produce porque sí. El optimismo que reina en las Bolsas obedece sobre todo al movimiento que se genera cuando numerosos inversores reorganizan sus carteras de cara al año siguiente.

Noviembre y diciembre son meses de previsiones, informes de estrategias y propuestas de cartera para el año nuevo. Es lógico, por tanto, que el movimiento que se genera en el mercado termine por tirar del mismo hacia arriba.

Como parece que los años en que ha fallado el rally han sido ejercicios de crisis bastante acusadas, se podría aventurar que el rally puede perfectamente reproducirse en 2005. Al menos, las condiciones económicas y de mercado invitan a ello.

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