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Las cajas desoyen a los políticos en Andalucía

El banco de las cajas se retrasa y aún no está diseñado, mientras que las fusiones agotan todos los plazos

La opa de Gas Natural sobre Endesa o la polémica desatada tras conocerse que en el proyecto del Estatut catalán se regulan ciertos aspectos de las cajas ha vuelto a abrir el debate sobre la politización de las cajas. Pero en territorios como Andalucía, donde tradicionalmente el PP acusa al PSOE de manejar las cajas, de la misma forma que el reproche es justo el contrario en otras plazas, los mandatos políticos parecen ir por un camino y la acción de las entidades por otro distinto. Eso es al menos lo que ocurre en los tempos de determinadas operaciones como las fusiones o el llamado banco de cajas, donde las cajas andaluzas muy bien pueden presumir de independencia en la gestión.

El Gobierno andaluz, empeñado en que la comunidad pueda tener voz propia en sectores estratégicos, ha intentado desde 1999 con escaso éxito que el sistema financiero regional cobre mayor dimensión. La fusión a seis de las cajas andaluzas, promovida por la entonces consejera de Economía Magdalena Álvarez, se frustró por la virulenta negativa de las entidades. Y los intentos posteriores, aunque están en marcha y cuentan esta vez con el teórico consentimiento de las cajas, no llevan el ritmo que desearía el Gobierno andaluz, según admiten en voz baja destacados políticos socialistas.

Estas mismas fuentes lamentan que la prioridad en los calendarios de las cajas andaluzas tenga más que ver con el mandato de sus presidentes que con el fortalecimiento del poder financiero de la región.

Mientras La Caixa puja por controlar Endesa a través de Gas Natural, las cajas vascas preparan su fusión y las gallegas han protagonizado un sonado intento, luego frustrado, de hacerse con Unión Fenosa junto a Inditex, las de Andalucía siguen gestando el proyecto del banco de cajas.

La iniciativa, que prevé agrupar parte de las participaciones empresariales, debió nacer el pasado verano según los cálculos de sus promotores, pero ahora se marca un segundo plazo para el primer trimestre del próximo ejercicio. Braulio Medel, presidente de Unicaja y del BEF, banco sobre el que se va a construir el proyecto, ha justificado el retraso en razones y jurídicas, además de restar importancia a los plazos.

Dos años de trabajo

La idea de crear un banco andaluz de cajas, que cuenta con el entusiasta apoyo del consejero de Economía José Antonio Griñán, es el resultado de unos dos años de trabajo en el seno de la federación andaluza de cajas en busca de instrumentos de cooperación entre las entidades. Es todavía un enigma si las cajas, que animadas por la Junta se reúnen trimestralmente para estudiar proyectos comunes y superar sus enconadas diferencias, se han logrado poner de acuerdo a la hora de repartirse el poder en el nuevo BEF.

Tampoco la fusión de las cajas sevillanas El Monte y San Fernando, que iniciaron en mayo su tercer intento de unión en cuatro años, sobresale por su celeridad, aunque estas dos entidades tienen en su descargo las dos adaptaciones legislativa que han tenido que realizar en pleno proceso de integración. La muerte del que fuera presidente de Caja San Fernando, Alfredo Pérez Cano, también ralentizó la operación. Pese a que el proyecto de 2003, cuando la nueva entidad llegó a ser bautizada como Guadalcaja, adelantó parte de los trabajos, las dos cajas se están tomando su tiempo y prevén culminar su fusión a finales de 2006.

Mientras cuajan estas iniciativas para ganar dimensión, la Junta, en este caso a través de la Consejería de Innovación que lidera Francisco Vallejo, intenta convencer a las cajas para que entren en importantes proyectos como la Corporación Tecnológica o el impulso al sector aeronáutico. En el caso de la opa sobre Endesa, el Ejecutivo de Chaves espera el respaldo de las cajas a su petición de que tengan presencia en su consejo. Hace meses que Griñán sugirió que las cajas deberían subir su presencia en Endesa. No hay respuesta.

Accionistas de referencia en Sos Cuétara

Si las cajas andaluzas agruparan sus participaciones serían el principal accionista de empresas tan estratégicas para Andalucía como la aceitera Sos Cuétara (con marcas como Koipe y Carbonell). La Junta también ve con muy buenos ojos su presencia en firmas como Endesa o la también agroalimentaria Ebro Puleva, pero el interés de las cajas se guía en ocasiones con criterios de rentabilidad más inmediatos.Por ejemplo, cuando estalló la crisis de la OCM del azúcar, El Monte y Unicaja optaron por vender su participación en Ebro Puleva. Sólo Caja Granada se mantuvo en esta firma. La cuota de inversión conjunta es, sin embargo, modesta comparada con la liquidez necesaria para hacer frente a un paquete decisivo de las empresas de referencia. Las seis cajas suman 2.129 millones de euros en participaciones empresariales.

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