Un plan derrotista para los fabricantes alemanes

Por un momento pareció como si la mayor parte de la industria automovilística alemana estuviera a punto de dar la espalda al capitalismo internacional, al formar una red de participaciones cruzadas para protegerse frente a las adquisiciones y la presión de los inversores.

Esta perspectiva ahora se ha alejado, al negar DaimlerChrysler que planea unirse a Porsche y hacerse con una parte de Volkswagen. Pero la idea de una gran alianza de fabricantes alemanes no se ha desvanecido (...). Confrontada con una competencia internacional creciente y un mercado doméstico estancado, Alemania SA parece dividida entre el reconocimiento de la necesidad de dar forma al futuro y el deseo de retirarse a un pasado protegido.

Lo que hace el plan de participaciones cruzadas tan destacable, y retrógrado, es que sobrevuela más de una década de reestructuración industrial en Alemania (...). La ironía es que la presión de los accionistas es parte de la solución, no del problema, para la industria del motor de Alemania. Bajo fuego, el sector está realizando esfuerzos sin precedentes para reducir costes y recuperar competitividad. Si continúa por ese camino, no hay motivo por el que no pueda asumir la competencia mundial y emerger como un ganador.