Austria cede y arranca la negociación para la adhesión de Turquía a la UE
Turquía se encuentra desde ayer un día más cerca de la Unión Europea. Ankara ha conseguido, 42 años después de solicitarlo por primera vez, la apertura de negociaciones para su ingreso en la Unión. La adhesión, si se produce, tardará al menos ocho años.
Austria eclipsó durante 24 horas las aspiraciones de Ankara. Pero a media tarde de ayer, Viena se alineó con el resto de los socios de la Unión tras conseguir que el mandato de negociación con Turquía condicionara expresamente su ingreso a 'la capacidad de absorción' del club. Los Veinticinco establecen así una última barrera subjetiva cuya superación ya no depende del país candidato, sino de la benevolencia o los intereses de los alcaides de la fortaleza europea. Francia, por lo pronto, ya ha anunciado que someterá las futuras ampliaciones de la Unión, incluida la de Turquía, a referéndum.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha tenido que llevar a cabo importantes reformas constitucionales (supresión de la pena de muerte, reconocimiento de la minoría cultural kurda, etc.) para lograr que la UE reconociera su candidatura. Ahora la tarea más ardua no será tanto abrir y cerrar cada uno de los 33 capítulos de la negociación (que deberán adoptar por unanimidad los socios), como ganarse la confianza de la opinión pública europea y el respaldo de la población turca.
'Tendremos un papel activo en apoyo de las reformas', promete el secretario de estado para Asuntos Exteriores, Alberto Navarro, quien valora las negociaciones con Turquía como 'un pequeño ejemplo del diálogo de civilizaciones' que preconiza Rodríguez Zapatero.
La negociación en sí será más bien un dictado por parte de Bruselas, que verificará la progresiva adaptación de la legislación turca a la normativa comunitaria. 'La mayor parte del esfuerzo que deberá hacer Turquía será en el terreno económico', vaticina Heather Grabbe, analista del instituto de estudios londinense Centre for European Reform.
El cumplimiento de las normas medioambientales o la adaptación a los estándares industriales de la Unión es muy costoso. La UE está dispuesta a colaborar, pero con ciertos límites. Los socios actuales han supeditado la adhesión del gran país musulmán (72 millones de habitantes, 33% de la población activa en el sector primario) a un acuerdo presupuestario en 2013 que incluirá una drástica reducción de la política agrícola común y de la política regional.
Bruselas calcula que, con el marco presupuestario actual, las transferencias anuales de los fondos regionales a Turquía a partir de 2025 podrían ascender a 22.400 millones de euros anuales: un tercio del presupuesto.