Marín frena el enfrentamiento entre Bono y ERC a cuenta de la reforma estatutaria
Corría el mediodía y se asistía en el pleno del Congreso al debate sobre la ley de Tropa y Marinería, con altos jefes del Ejército sentados en la tribuna de invitados. Aún estaban calientes las declaraciones del ministro de Defensa, José Bono, en las que se encomendó a la Virgen de su pueblo para que el Estatuto catalán llegue bien, es decir, dentro del límite constitucional, al Congreso. El diputado de ERC Joan Puig, que saltó a la fama este verano por penetrar en una piscina privada de Mallorca, aprovechó su turno para fijar posición sobre la ley de Tropa y, de paso, comentar a Bono que él se había encomendado a La Moreneta, la Virgen de Montserrat. 'Si hablamos de vírgenes, seguro que no coincidimos, pero le tengo que agradecer que haya dicho que los votos de los separatistas republicanos son válidos en esta Cámara, pues son los votos que decidieron que Cataluña es una nación'.
El ministro pidió entonces la palabra para advertir al parlamentario republicano que, aunque respeta la decisión que tome un Parlamento autonómico, 'también debe tenerse en cuenta la decisión que se adopte en el Congreso que, según la Constitución, es quien más manda'. Puig le replicó que Zapatero se había comprometido a respetar el Estatuto que saliera de Cataluña.
El presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, impidió entonces la contrarréplica al ministro y le recordó que sólo podía hablar sobre la Ley de Tropa, ante lo que Bono expresó su desacuerdo, visiblemente contrariado.