Empresas sin salas de fumadores
Los grupos parlamentarios que defendían zonas de fumadores en las empresas retiran sus enmiendas
Cuando en la mañana de ayer los ponentes parlamentarios de la futura ley contra el tabaquismo se encerraron a cal y canto para negociar sus más de 200 enmiendas, a buen seguro que más de un fumador sostuvo la respiración. Cuatro de los grupos parlamentarios en el Congreso -Convergència i Unió, Esquerra Republicana de Cataluña, Izquierda Unida-Izquierda Verde y Bloque Nacionalista Gallego- llevaban en sus agendas de negociación varias enmiendas con un objetivo común: modificar el texto para que se permitiese habilitar salas de fumadores en los centros de trabajo una vez que entre en vigor la prohibición de consumir tabaco en las empresas.
No hubo que esperar mucho para saber el resultado. Poco antes de mediodía se abría la puerta de la ponencia y la portavoz de Sanidad del PSOE, Isabel Pozuelo, anunciaba que ERC, IV-IU y BNG habían retirado sus enmiendas sobre esta cuestión. Así, únicamente CiU continúa manteniendo su posición en favor de las zonas de fumadores en el trabajo.
El PSOE, sin embargo, espera que el grupo acceda a modificarla en la reunión de la Comisión de Sanidad la próxima semana. 'Mantenemos la enmienda viva simplemente para abrir el debate y para que todos los grupos se posicionen', admitía ayer Jordi Xuclà, portavoz de CiU.
'Se trata de una gran conquista que hará que dentro de unos pocos años las nuevas generaciones que se incorporen al mundo del trabajo sepan que en los centros de trabajo no se puede fumar', explicaba ayer la portavoz de Sanidad del PSOE. Tras asegurar que el procedimiento de tramitación del texto no da lugar a la presentación de nuevas enmiendas, Pozuelo se felicitó de que una que vez entre en vigor la ley (probablemente en enero de 2006) las empresas se convertirán en espacios sin humo.
La calle será entonces el punto de reunión de los fumadores españoles en edad laboral. Los más afortunados ocuparán los patios abiertos y las terrazas que existen en algunas compañías. El resto fumará frente a las puertas de sus compañías, no lo hará hasta que salga del trabajo o tratará de vencer la adicción.
A esta última cuestión se refería ayer el portavoz de CiU, quien insistió en que no se puede cerrar el debate sobre esta cuestión 'sin decidir cuantas veces se va a salir a la calle a fumar, si se va a descontar del horario laboral o si es mejor habilitar zonas en los centros de trabajo'.
La enmienda de CiU propone prohibir fumar exclusivamente en los 'lugares de trabajo', de forma que pueda hacerse en otras zonas de la empresa. 'Cambiar en la ley la prohibición de fumar en los centros de trabajo por la de hacerlo sólo en el lugar de trabajo permitiría fumar en los pasillos, por ejemplo, donde no se lleva a cabo una actividad laboral', señalaban ayer fuentes del PSOE.
Las reacciones a la noticia no se han hecho esperar y han llegado desde ambos lados del debate. Mientras el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que agrupa a más de 40 sociedades médicas, científicas y farmacéuticas acogía con satisfacción el acuerdo y aseguraba que ayudará en gran medida a disminuir el consumo, el sindicato CC OO expresaba su 'sorpresa' negativa por la retirada de las enmiendas, al igual que Anepa, asociación que agrupa a las entidades preventivas acreditadas.
¿Más o menos conflictividad laboral?
Uno de los argumentos que ha enfrentado a los defensores y detractores de las salas de fumadores en las empresas es el posible incremento de la conflictividad laboral que supondrá la ausencia de ellas. A ello se referían ayer fuentes de Comisiones Obreras, al igual que varias patronales y sindicatos, que han mantenido idéntica postura en uno u otro momento de la tramitación. El propio Consejo Económico Social mantuvo este argumento en su informe sobre la ley.'No se puede poner el argumento de la conflictividad o la negociación colectiva por encima de un grave problema de salud pública', señaló ayer la portavoz socialista de Sanidad Isabel Pozuelo, en alusión a las 50.000 muertes al año que se atribuyen al tabaco. Para Pozuelo, la ley disminuirá la conflictividad al eliminar el agravio que padecen los trabajadores que no hacen pausas para fumar frente a los que sí lo hacen. 'En muchas empresas están reguladas las pausas para el café y los descansos y también podrá regularse esta cuestión', añadió.'El 60% de los fumadores apoyan esta decisión', señala Pedro Rodrigo Córdoba, presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, quien asegura que la medida disminuirá significativamente el número de adictos.También hay quien defiende las salas de fumadores desde un punto de vista económico. Según la empresa Aire Limpio, especializada en gestión de calidad del aire interior, el coste que supondrá para las empresas la imposibilidad de tener zonas para fumar será de 2.287 euros al año por cada trabajador.