Nefinsa vende su 21% de Gamesa con 613 millones de plusvalías
Compraron por 45 millones de euros y ayer vendieron por más de 700. Nefinsa ha salido de Gamesa con 673 millones de plusvalías tras colocar su 21%, tres meses después de enfrentarse a IBV en la junta de accionistas.
Nefinsa ha puesto punto y final a su participación en Gamesa, una apuesta que inició en septiembre de 1998 al comprar el 30% de Gamesa Energía por 45,08 millones de euros. Ayer, tras siete años en la compañía y con un último ejercicio de desencuentros en el consejo, la sociedad que agrupa las participaciones industriales de la familia de Emilio Serratosa anunció la venta de su paquete accionarial, que ascendía al 21,28% tras el ajuste por la salida a Bolsa de Gamesa en el año 2000.
Nefinsa encargó a Citigroup la venta de las más de 51 millones de acciones 'entre inversores cualificados'. La colocación no concluyó ayer y continuará en la jornada de hoy. Con todo, en el momento en que la CNMV suspendió la cotización, los títulos de Gamesa alcanzaban los 13,87 euros -subió un 1,91% por la mañana-, lo que supone una valoración bursátil de la participación de los Serratosa de 718,27 millones de euros, con lo que la venta arrojará unas plusvalías de 673,19 millones.
Los motivos de la salida de Nefinsa del accionariado de Gamesa hay que buscarlos en el desencuentro con el accionista de referencia, Corporación IBV (participada al 50% por Iberdrola y BBVA), que controlan el 25,78% del capital. El motivo del enfrentamiento no ha sido tanto la gestión de la empresa como la presencia en los órganos de dirección.
La familia Serratosa intentó en la última junta de accionistas de Gamesa reducir el peso en el consejo de IBV, que cuenta con cuatro consejeros, incluyendo al presidente, Alfonso Basagoiti, frente a los dos que tenía Nefinsa. El argumento de la compañía valenciana es que la composición del consejo debía ser proporcional al peso accionarial. IBV había reducido en los últimos años su participación, sin embargo mantenía su presencia en el consejo.
En la junta celebrada en junio, los Serratosa votaron en contra de la renovación de los cargos, ya que pretendían que IBV redujese a dos sus representantes y que los otros dos puestos se adjudicaran a consejeros independientes. La junta rechazó la propuesta.
Fue la escenificación del desencuentro, si bien Nefinsa mantuvo su apoyo a los otros puntos del orden del día, como las cuentas o la gestión de la compañía. Fuentes de Nefinsa señalaron ayer que la salida de Gamesa no hay que buscarla en este hecho puntual, si bien tampoco se puede obviar. 'La filosofía de la compañía es pública: invertir en empresas que podamos gestionar, como ha ocurrido en Uralita', señaló un portavoz de la empresa de los Serratosa.
Sorpresa en el resto de socios de la empresa
La decisión de la familia de Emilio Serratosa de salir del accionariado de Gamesa pilló ayer 'por sorpresa' a Corporación IBV, según apuntaron fuentes de la compañía participada por Iberdrola y BBVA. 'No nos lo esperábamos, sobre todo porque desde la junta nunca se volvió a tratar el tema del número de consejeros', explicaron fuentes de IBV.Gamesa prefirió no hacer ninguna valoración de la decisión de Nefinsa de dejar el capital, a la espera de que se conozcan los nuevos socios, aunque no descartó hacerlo en los próximos días. Fuentes de la compañía apuntaron que ninguno de los accionistas de referencia, ya sea IBV o los que congrega el fundador de la empresa, Juan Luis Arregui, estarían interesados en aumentar su participación en la firma dedicada a la fabricación de aerogeneradores.
Más de 1.000 millones listos para comprar
La operación de ayer abre la incógnita de en qué invertirá Nefinsa el dinero obtenido por la venta de su participación en Gamesa. A los más de 700 millones de euros que ingresará por su desinversión hay que añadir una capacidad de endeudamiento de la empresa superior a los 300 millones, tal y como explicó el consejero delegado de Nefinsa, Javier Serratosa el pasado mes de abril durante la presentación de resultados.Tras haber digerido la compra del 43,4% de Uralita, Nefinsa se encuentra en posición de realizar nuevas inversiones. Hace cinco meses, la compañía apuntó que se encontraba en un proceso activo de búsqueda, pero que aún no tenía nada concreto. Es más, apuntaban que los precios que se estaban pagando en el mercado eran excesivamente caros.'En las operaciones que se están cerrando en los últimos meses se han llegado a pagar por una compañía hasta 10 y 12 veces su Ebitda, después de procesos similares a las subastas, algo en lo que Nefinsa no se va a embarcar', dijo entonces Javier Serratosa. El precio que fijó en aquel momento el consejero delegado para posibles inversiones oscilaba entre 6 y 8 veces el Ebitda, dependiendo del potencial de crecimiento.Respecto a los posibles sectores en los que invertir, Nefinsa ha descartado los emergentes y algunos concretos como el inmobiliario o el agrícola. Además, la política de la empresa es entrar en empresas que pueda gestionar, con lo que debe lograr una participación mayoritaria.Con la salida de Gamesa, el grupo industrial de los Serratosa queda reducido a dos empresas fundamentalmente: Uralita, de la que controla el 43,4% y lleva la gestión, y Air Nostrum, la aerolínea que fundó la familia con los 78,13 millones de euros que obtuvo con la venta de Valenciana de Cementos y de la que posee el 96,8%.En el último ejercicio, Nefinsa obtuvo un beneficio neto de 79,8 millones de euros, con un incremento del 69% gracias a la aportación de 16,4 millones de Uralita, que volvió a beneficios tras su saneamiento. Gamesa contribuyó con 44,8 millones de euros las cuentas del grupo y Air Nostrum logró 20,5 millones de beneficio neto.