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CincoSentidos

Turín blinda la tecnología de su olimpiada de invierno

Todo el mundo que trabaja con un ordenador sabe lo que puede pasar si se le bloquea: una pérdida de tiempo. Pero, ¿qué pasaría si este pequeño desastre cotidiano sucediera en medio de unos Juegos Olímpicos? 'Imaginemos que el equipo que registra el tiempo de un saltador de esquí falla ¿Decimos al que se acaba de tirar que lo repita?', bromea Jordi Cuartero, arquitecto de sistemas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín.

El reto consiste en que los accidentes cotidianos de informática no acontezcan durante unos juegos. Para lograrlo, el proveedor tecnológico del COI, Atos Origin, comienza a trabajar en las sedes olímpicas tres años y medio antes de que empiece la competición. En Turín, donde se celebran los Juegos de invierno del 10 al 26 de febrero próximos, ya están ultimando detalles y en dos semanas realizarán el simulacro de los peores escenarios posibles: desde un terremoto hasta cuatro hackers dentro del sistema.

Su misión no es fácil: Atos (que no ha querido facilitar la suma de su contrato con el COI) es la encargada de proveer todo lo que tenga que ver con tecnología y de coordinar a las otras empresas colaboradoras (que han invertido 55 millones de euros a cambio de la visibilidad que proporciona el evento mundial). Y hoy en día, todo tiene que ver con la tecnología. Ofrecer los resultados de las pruebas instantáneamente, gestionar la intranet, el transporte y las acreditaciones de los 2.500 atletas, 2.300 oficiales del COI y 10.000 invitados (en el caso de Turín) son algunas de las funciones que Atos Origin comenzó a realizar en Barcelona 92 y que efectuará hasta los juegos de Londres, cuando acaba su contrato.

'Duplicamos todos los sistemas informáticos por si sucede un accidente'

A pesar de la experiencia, cada cita es un reto: 'El 70% de empleados locales que contratamos trabaja diferente, incorporamos innovaciones tecnológicas y pretendemos optimizar nuestro trabajo. Cuando llegamos no hay nada montado y cuando nos vamos, no queda nada. En tres años y medio tenemos que desarrollar un supersistema para un evento mundial que sólo durará 16 días pero que no admite equivocaciones ni retrasos. De hecho, todos los servidores y ordenadores están duplicados en un lugar de Italia que no diremos, a bastantes kilómetros de Turín, por si hay un apagón o una bomba', cuenta Yan Noblot, director de seguridad tecnológica. La tercera salvaguarda para estos casos está en Barcelona, donde Atos tiene otra unidad de soporte. Proteger los sistemas frente a virus y hackers es la razón de que la mayoría del equipo no tenga conexión a internet. La única manera de entrar en él es estar acreditado.

Claro que 'habrá 90.000 personas con acceso a la intranet, como los periodistas, que no conocemos', cuenta Noblot sin inmutarse, pero emocionado ante el 'desafío'. De hecho, la palabra 'desafío' es la que más abunda en su discurso. 'Riesgo' es su otro sustantivo favorito. Noblot ha desarrollado un sistema de control porque en Salt Lake detectaron su incapacidad para evaluar con rapidez el alcance de las alertas y localizar las partes afectadas del sistema. Ahora, identificar el riesgo y minimizarlo es su cometido aunque, como dice: 'El riesgo no puede desaparecer del todo'.

El invierno incorpora la dificultad del clima. Provoca que las pruebas de los equipos informáticos se realicen un año antes, cuando existen las mismas condiciones. También aumentan las precauciones contra el frío.

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