Estrategias con futuros
En el mundo de los productos financieros hay un tema, aparentemente sencillo, pero que ofrece multitud de posibilidades nuevas a los inversores en los mercados. Se trata de las estrategias que se pueden realizar utilizando futuros financieros.
Dado que los futuros tienen un perfil igual al de los activos sobre los que se cotizan, es decir, que su precio se mueve exactamente en la misma proporción que el precio del activo al que llamamos subyacente.
Si, por ejemplo, se compra un futuro sobre acciones de Telefónica, que sería el activo subyacente, y el precio de Telefónica sube 0,10 euros, el futuro también subirá o, al menos, debería subir, 0,10 euros. De esta forma, los futuros se pueden utilizar tanto para el caso de que se quieran cubrir los riesgos asociados a la cartera de activos como para replicar esa misma cartera.
Estos instrumentos sirven para cubrir una cartera o replicar una inversión
En el primer caso, esto es, para cubrir riesgos, lo que hay que hacer en el mercado es la operación contraria a la posición que se mantenga. Así, por ejemplo, si se tiene una cartera de acciones de Telefónica y se quiere cubrir el riesgo de que el precio de estos títulos baje, lo que habrá que hacer es vender futuros sobre Telefónica. De esta forma, con esos futuros, se obtienen beneficios equivalentes a las pérdidas que se derivarán de las acciones.
En el segundo caso, cuando de lo que se trata es de replicar las acciones, lo que se hace es realizar la misma operación que se querría efectuar con el contado, pero utilizando ahora los contratos de futuro.
Siguiendo con el ejemplo anterior de las aciones de Telefónica, lo que habría que hacer es comprar futuros sobre acciones de Telefónica en lugar de comprar directamente las acciones.
Sin entrar en las características propias de los contratos de futuros financieros, la principal ventaja de las dos estrategias anteriores es que con estos productos se puede vender lo que no se tiene comprado. Es lo que en el vocabulario de mercados se llama tomar posiciones cortas. Está claro que una operación semejante no está permitido realizarla con los activos financieros o reales (no se pueden vender acciones de Telefónica si previamente no se han comprado).
Todo esto permite realizar una cobertura de riesgos que, de otra manera, sólo sería posible deshaciendo nuestra posición. Al tiempo, también permite tomar una posición corta en el mercado simplemente porque consideramos que un activo en concreto va a tener una evolución negativa.
Dicho de otra forma, los futuros dan la oportunidad de obtener beneficios tanto por las subidas de los precios de los activos (comprando) como por las caídas de dichos precios (vendiendo). Eso sí, siempre que se acierte con las expectativas. Utilizando productos de contado sólo hay dos alternativas: estar en mercado o estar fuera de mercado. Con los futuros, además, de estar dentro, se puede apostar por un mercado bajista.