La salida de Suez de Argentina, un mal precedente

La decisión del grupo francés Suez de irse del país y dejar de operar la empresa Aguas Argentinas, luego del fracaso de las negociaciones con el Gobierno, es un mal síntoma y un pésimo precedente (...). Las responsabilidades por el fracaso de esta privatización y de las últimas negociaciones son compartidas por la empresa y el Estado (...). Este fracaso podría repercutir en forma negativa en el establecimiento de un clima de negocios amigable y óptimo, que permita atraer nuevos inversores (...).

No es bueno que la empresa Suez se quede en el país a cualquier costo, pero tampoco que se vaya de este modo (...). La salida se suma a la importante lista de empresas francesas que ya dejaron el país (...). Francia fue el principal inversor extranjero después de España en la década de los noventa, caracterizada por las privatizaciones.

A partir de ahora se abre una etapa de enorme incertidumbre (...). El clima adverso a las privatizaciones de los años noventa puede llevar al Gobierno a cometer el gravísimo error de volver a estatalizar la compañía (...). La Argentina requiere más que nunca que las empresas vuelvan a confiar en el país, y para ello es fundamental la creación de un clima de negocios favorable garantizando las reglas del juego previsible, esto es, seguridad jurídica.