Un Presupuesto por el buen camino
El saldo claramente positivo de los datos de ejecución presupuestaria en este ejercicio es un espejo nítido de la buena evolución de la economía española. El superávit del Estado en los ocho primeros meses del año ha alcanzado un saludable 0,82% del PIB gracias a una recaudación tributaria que va por buen camino. Los ingresos no financieros del Estado han aumentado casi un 15% hasta agosto, más de cuatro veces el crecimiento del PIB. A esta evolución está contribuyendo de manera determinante la aportación de la población inmigrante en el IRPF, pero sobre todo la recaudación por el Impuesto de Sociedades, que creció un espectacular 28,4% gracias a la excelente evolución de los beneficios empresariales.
Los impuestos indirectos crecen igualmente a buen ritmo. Y todo indica que a esta evolución no resulta ajeno el impacto al alza sobre los ingresos de la subida del precio del petróleo -más sobre el IVA que sobre el impuesto de hidrocarburos propiamente dicho-, aunque aún falten datos desagregados que avalen fehacientemente esta afirmación.
Este optimista panorama requiere algunas precisiones. Porque el retraso en las devoluciones del IVA a las comunidades autónomas infla el superávit, pero es un retraso plausible si, como asegura Hacienda, se están mirando 'con lupa' para evitar el fraude. Igualmente, el Estado tiene que pagar algunas facturas importantes antes de fin de año, sobre todo el anticipo a las autonomías de 1.365 millones de euros como parte del acuerdo para mejorar la financiación sanitaria, o los casi 700 millones de euros de pago extra a la UE por la revisión al alza del PIB. Todo esto reducirá el saldo presupuestario positivo del Estado a fin de año. Pero, a pesar de que las autoridades insistan en poner sordina a estos datos, debe mejorar sensiblemente el déficit del 0,5% inicialmente previsto.