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Ford intenta devolver a Jaguar a la nobleza automovilística

Jaguar, que supo pertenecer a la nobleza automovilística británica, ha diseñado un nuevo cupé, el XK, para tratar de reanimar y revitalizar esos autos de lujo, que ahora fabrica Ford. Algunos verán al nuevo XK como una belleza, con su distintiva parrilla oval como los clásicos Jaguar de antaño. Otros pensarán que el XK pierde puntos comparado con los diseños más osados de los automóviles de lujo alemanes. 'La cola se parece demasiado al Aston Martin', afirma Tom Matano, ex diseñador de Mazda y director de diseño industrial en la Universidad de la Academia de Arte de San Francisco. 'El frente y la cola no parecen del mismo coche'.

El debate sobre el diseño del XK es superado por una preocupación mayor, referida al futuro de Jaguar, que peligra por las dificultades financieras, estratégicas y operacionales de Ford. El XK incluso podría ser una sensación en el mundo del automóvil, aunque poco importará si Ford no se reestructura pronto para bajar sus costos y obtener mejores resultados. Las ventas de Jaguar en EE UU eran de 22.149 unidades a 31 de agosto, casi el 31% menos que un año atrás. Las ventas mundiales de Jaguar en 2004 totalizaron 118.918 unidades, un 1,4% menos. La ganancia de Ford en el segundo trimestre cayó un 19%.

Poco después de que Bill Ford Jr., presidente de la empresa, despidiera a Jacques Nasser y asumiera la responsabilidad ejecutiva de Ford a fines de 2001, dijo que para 2006 quería que un tercio de las proyectadas ganancias brutas de Ford, de 7.000 millones de dólares, viniera de los autos de lujo de la empresa: Lincoln, Volvo, Jaguar, Land Rover y Aston Martin. En el segundo trimestre de este año la división de lujo de Ford tuvo una ganancia bruta de 17 millones de dólares, frente a una pérdida de 347 millones de dólares un año antes. La meta de 7.000 millones para el año que viene parece lejana, al igual que el esperado aporte de los automóviles de lujo.

La estrategia de Ford de agrupar a Jaguar y a sus marcas de lujo para coordinar el diseño y la comercialización no dio resultado. La tercera fábrica de automóviles del mundo en términos de ventas, después de General Motors y Toyota, simplemente no tiene la capacidad financiera para invertir los miles de millones de dólares necesarios para desarrollar los nuevos motores, transmisiones y tecnología para mantenerse a la par del Lexus, de los BMW y de otros autos de lujo.

Ford trató de lograr una mayor eficiencia de costos con un Jaguar más pequeño y menos caro -el Jaguar X, de 30.000 dólares- que usaba parte de la tecnología del Ford Mondeo, un sedán familiar vendido en Europa. El Jaguar X no se vendió bien y, para peor, abarató la marca. Por el momento Ford está retrasando su meta de convertir Jaguar en una marca especial que pueda vender 200.000 vehículos al año. Al no lograr aumentar la producción a ese nivel, no obtuvo un retorno decente por su inversión de miles de millones de dólares en esta división, que adquirió en 1989.

El nuevo cupé, que sale a la venta en Europa en noviembre, tendrá un motor de 300 caballos y seis velocidades. El precio inicial del actual modelo es de 70.000 dólares. Ford apuesta a que el cromo pulido, el cuero aromático y un aire de exclusividad inglesa siempre serán atractivos para algunos conductores adinerados.

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