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Transportes

Los dueños de Ferrys aceptan vender para desbloquear la crisis

Los accionistas de Ferrys, Luis del Castillo y Carlos Dobarro, están dispuestos a vender la compañía textil al actual administrador único, José Luis Pons, como fórmula para desbloquear la situación de crisis en la que está inmersa la textil valenciana.

La empresa se encuentra inmersa en un proceso concursal por las deudas que acarrea con la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), entre otros, y que alcanzan los 45 millones de euros. Antes del verano los dueños de la compañía presentaron un plan de viabilidad que incluía una quita del 75% de la deuda.

Sin embargo, la pérdida de confianza en los accionistas por parte del IVF, organismo dependiente de la Generalitat Valenciana que ha aportado más de 20 millones de euros a la compañía sin resultados visibles, ha bloqueado cualquier posibilidad de acuerdo.

El director del IVF, Enrique Pérez Boada -que aseguró hace unos meses que tenía un comprador para la compañía, algo que nunca se hizo realidad,- llegó a insinuar que para apoyar el reflotamiento de la compañía, Del Castillo y Dobarro deberían dejar la empresa.

Este parece el punto de partida del preacuerdo de los dos accionistas con el administrador único.

Sin embargo, la operación despierta ciertas dudas, ya que Pons ha sido, desde la llegada de los nuevos accionistas a Ferrys, su hombre de confianza, con lo que se desconoce cuál será el papel de Pons en este proceso de venta.

Algunas fuentes consultadas apuntaban ayer que el administrador encabezaba a un grupo de directivos de la empresa que se quedarían con la compañía. Aunque por otro lado se le situaba como un mero puente que, con la desaparición de Del Castillo y Dobarro de la empresa, permitiera desbloquear las negociaciones con el IVF.

Precisamente hoy se celebra una reunión entre las dos partes para intentar avanzar en la salida de la crisis.

La enredada historia de nunca acabar

Ferrys lleva más de 10 años en crisis y la historia ha ido cada vez a peor. Ni los cambios accionariales, ni las inyecciones de capital, ni las reducciones de plantilla (la última hace un mes, con 138 despidos) han conseguido sanear la compañía.Desde que los empresarios Luis del Castillo y Carlos Dobarro se hicieron cargo de la empresa en 1995 -por el precio simbólico de una peseta- tomando la participación tanto de la familia Ferri, la fundadora, como de la multinacional Devanlay, la situación de Ferrys ha ido de mal en peor. La plantilla se ha reducido de los más de 1.000 empleados que tenía entonces a menos de la mitad, algo preocupante para la localidad de Canals, que tiene una fuerte dependencia de esta compañía.

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