El whisky escocés se rejuvenece
El whisky escocés ha entrado en crisis en su mercado nacional debido al cambio en los gustos a favor de otros tipos de bebida, sobre todo entre los bebedores jóvenes. El consumo en el Reino Unido cayó el año pasado a un total de 114 millones de botellas, 33 millones menos que en 2003, según cifras del gremio de productores de la Scotch Whisky Association (SWA).
Los veinteañeros y treintañeros británicos se decantan por bebidas más exóticas y dejan el tradicional wee dram, o chupito de 25 ml, para los bebedores de 45 años en adelante.
Pero el imperio contraataca. J&B, una de las marcas líderes del sector, se ha atrevido a caer en pecado mortal al sacar al mercado un nuevo escocés light llamado el J&B -6C, una bebida concebida para conquistar al público joven. 'El J&B -6C es un auténtico escocés, en el sentido que cumple las normativas de la denominación de origen, es decir una mezcla de cebada y otros cereales escoceses, destilada en Escocia y envejecida durante al menos tres años en barricas de roble. Pero es una bebida prácticamente incolora, ligera, con más sabor a flores que el escocés tradicional, y que se mezcla muy bien con la tónica', dijo Iain Kennedy, director de marca de Justerini & Brooks (J&B).
Revitalizar el sector es una tarea de urgencia, no solamente para Escocia sino para la economía del país. Las ventas al exterior del whisky escocés, uno de los cinco primeros productos exportados por el Reino Unido, sumaron 3.250 millones de euros el año pasado. Las exportaciones representan el 90% de las ventas de whisky. Un 10% de la agricultura de Escocia depende de esta bebida, que emplea a uno de cada 50 trabajadores de la región.
El whisky de malta marca una tendencia opuesta a la variedad de mezcla, con una subida de ventas en torno al 9% el año pasado. Este tipo de whisky se ha beneficiado de la salida al mercado de unas marcas de gran lujo, como The Glenlivet de 1964, que cuesta 1.080 euros la botella, y el Glenfiddich de 1937, posiblemente el non plus ultra del whisky de malta, que lleva una etiqueta de 17.400 euros. A diferencia del mercado nacional, las exportaciones mantienen una tendencia firme en los últimos tiempos, aunque los 3.242 millones de euros registrados en 2004 apenas varían del nivel registrado en el año anterior.
España, sin embargo, sigue siendo uno de los mercados más fuertes para los exportadores de whisky escocés. El país es el primer cliente europeo y el segundo del mundo después de EE UU, con unas ventas de 420 millones el año pasado. 'España ofrece una comparación interesante con el Reino Unido', dijo David Williamson, portavoz de la SWA. 'Más del 60% del whisky que exportamos allí se consume entre la una y las cuatro de la madrugada por jóvenes de 20 a treinta y tantos años. Nuestros socios productores podrían sacar lecciones muy valiosas de lo que está pasando en España'.