La restauración de Koizumi
La aplastante victoria de Junichiro Koizumi en las elecciones generales japonesas es una clara prueba de su valor político (...). Al convocar bruscamente unos comicios en respuesta a la rebelión contra la privatización de Correos por parte de opositores internos de su propio Partido Democrático Liberal (PDL), arriesgó dividir su formación ( ). Ningún primer ministro nipón anterior ha desafiado de tal manera los convencionalismos políticos y los poderosos intereses fácticos. Y ningún primer ministro ha estado jamás tan bien situado como lo está ahora Koizumi para introducir las drásticas reformas necesarias en su agrupación y en la vida política japonesa ( ).
La elección era vista en buena medida como un voto personal de confianza hacia el señor Koizumi y su intento de arrastrar al cauteloso e insular Japón al siglo XXI. La oposición no ofrecía una alternativa política creíble ( ).
La victoria ahora levanta preguntas sobre el futuro de Koizumi. Según los estatutos del PDL, debe ceder su cargo el próximo año como presidente del partido y primer ministro (...). Pero muchos japoneses, y en especial el resucitado PDL, puede que se den cuenta de que su mejor forma de seguir adelante es reteniendo a su inconformista, atrevido y victorioso primer ministro.