La comida orgánica triunfa en EE UU
Las ventas de artículos ecológicos sumaron 8.255 millones de euros hace dos años
Sabe si los tomates de su nevera están libres de pesticidas? ¿Podría asegurar que las palomitas del cine no provienen de maíz modificado genéticamente o que la lechuga de la ensalada no fue recolectada por emigrantes ilegales en condiciones de trabajo indignas?
Estas preguntas preocupan a cada vez más personas en EE UU, país normalmente más conocido por su afición a la comida basura. Los alimentos orgánicos -aquellos producidos sin pesticidas o productos químicos sintéticos y con métodos socialmente responsables- comenzaron a popularizarse en EE UU hace algunos años y su éxito es hoy mayor que nunca, sobre todo en grandes ciudades y regiones como California.
Los expertos creen que la demanda seguirá creciendo a medida que los menús de universidades, colegios y hospitales comiencen a incluir estos productos. Sin embargo, muchos 'puristas' de la comida orgánica critican la entrada de grandes consorcios en el sector y temen que esta popularidad acabe desvirtuando los principios de este movimiento ecológico.
Thomas Harding, presidente de la consultora AgriSystems, especializada en el sector agrario, cree que la comida orgánica es por primera vez la corriente dominante. 'El sector crecerá en los próximos cinco años entre un 15 y el 20% anual', declara Harding a Cinco Días. Según una encuesta de la Asociación de Comercio Orgánico (OTA) realizada en 2004, las ventas de productos ecológicos en EE UU alcanzaron un récord de 8.255 millones de euros en 2003. Y ello pese a que su precio suele ser más alto.
Supermercados
Un ejemplo es el fenómeno de la cadena de supermercados Whole Foods, que sólo ofrece alimentos orgánicos garantizados. Whole Foods nació en 1980 con una plantilla de 19 personas y hoy cuenta ya con 170 establecimientos en EE UU y 32.000 empleados. Desde 2000, sus ventas se han duplicado y sus títulos, que cotizan en el Nasdaq, se han apreciado un 40% en los últimos doce meses. Pero, al igual que en España, los productos orgánicos pueden encontrarse ya en casi todos los supermercados y grandes superficies. Paralelamente, grandes consorcios alimenticios como Kellogg?s, Kraft o Coca Cola han captado las posibilidades de negocio y han lanzado líneas de alimentación ecológica.
Pero los verdaderos devotos de la comida orgánica siguen comprando en los mercados de granjeros que se celebran varias veces a la semana en muchas ciudades estadounidenses. En ellos, el consumidor puede establecer una relación de confianza con los proveedores de la zona. æpermil;ste es uno de los principios iniciales del 'movimiento orgánico': si conoces a tus granjeros, sabes de dónde viene tu comida. 'Cada vez acude más gente porque les gusta el sabor de la comida orgánica y porque saben que comprando aquí ayudan a la economía local', afirma Johan Smit, un agricultor que ofrece sus productos cuatro veces a la semana en el mercado de granjeros de San Francisco.
Los defensores de estos mercados afirman que las grandes empresas que han entrado utilizan técnicas de producción que poco tienen que ver con el movimiento orgánico para aumentar sus beneficios y presionan para relajar las normas. Otros, como Holly Givens, portavoz de la OTA, creen que la popularización es positiva: 'Cuanta más gente acceda a los alimentos orgánicos, mayor incentivo económico tendrán los granjeros para usar métodos ecológicamente sostenibles', dijo.
Comer fuera
Los alimentos ecológicos también han llegado a los restaurantes de EE UU, especialmente de las grandes ciudades. Así lo ve Ann Gentry, dueña de Real Food Daily, un local de Los Ángeles que sólo ofrece alimentos orgánicos producidos por granjeros de la zona. Según Gentry, se ha apreciado un incremento de locales y clientes en los últimos dos años. Algunos de sus clientes son vegetarianos habituales, pero a otros sólo les mueve la curiosidad. Es un error identificar restaurantes de alimentos orgánicos con comida vegetariana. Por ejemplo, la cadena Nora con dos locales en Washington, ofrece en su menú carnes, pescados y mariscos y garantiza que los animales que utiliza han sido a su vez alimentados con productos orgánicos y han crecido en un entorno natural 'y sin estrés'.