Miedo al activismo accionarial agresivo
Hace ya algunos años que la responsabilidad social de las empresas se ha convertido en un asunto de primer orden. Dentro de las múltiples caras del gobierno corporativo (la medioambiental, la social, la de recursos humanos...) está cobrando especial importancia el activismo de los accionistas.
Los defensores de esta tendencia trabajan para conseguir que los accionistas de las grandes empresas cotizadas tengan un papel activo en las juntas y sean capaces de decidir con su voto la dirección que debe tomar la compañía. De lo que se trata al final es de que los pequeños accionistas tengan voz y voto en las juntas, para lo cual juegan un papel relevante los fondos de inversión como aglutinadores de las voluntades individuales de los pequeños accionistas.
Pero de un tiempo a esta parte, el mercado y las compañías se han percatado de que existe un actor que lleva el activismo accionarial hasta sus últimas consecuencias y que es aparentemente bastante más peligroso que los fondos de inversión tradicionales: el hedge fund.
Los fondos de alto riesgo se han revelado como accionistas activos de las compañías cotizadas, capaces de provocar un cambio de dirección en las mismas e incluso de destituir a la cúpula directiva. El ejemplo más reciente se dio en Alemania con Deutsche Börse. Varios hedge funds con fuertes participaciones frustraron la opa lanzada por el operador de los mercados alemanes sobre la Bolsa de Londres y provocaron la dimisión del presidente y el consejero delegado de la compañía.
Tras este episodio, Alemania teme a los hedge funds y el poder que pueden llegar a tener en industrias clave del país. Lehman Brothers estima que los hedge funds podrían poseer entre el 20% y el 25% de las acciones del mercado alemán. Por ejemplo, las alarmas saltaron hace dos semanas cuando se supo que varios fondos estaban comprando grandes paquetes de Daimler Chrysler.
Parece que esta vez no es intención de los hedge funds influir en las decisiones de la compañía. Pero con estos fondos, desde luego, nunca se sabe.