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Buen gobierno

Las cajas piden protagonismo en la responsabilidad social

Estas entidades consideran que deberían ser un referente en responsabilidad corporativa, ya que parten desde una situación más avanzada en este campo.

Las cajas de ahorros reivindican su liderazgo en la responsabilidad social corporativa (RSC). Más allá de una moda, estas entidades reclaman que los condicionamientos de una actividad económica 'socialmente responsable' están implícitos en su objeto social desde su creación y son parte de su cultura empresarial. De hecho, el año pasado, las 46 cajas de ahorros destinaron 1.190 millones de euros a proyectos de obra social. Una cifra que representa el 28,7% de los resultados netos de este sector y que se sitúa muy por encima de los que otros sectores financieros o empresariales asignaron a esta partida. En un debate organizado por Cinco Días, las cajas dejaron claro que aspiran a perfeccionar su modelo adaptándolo a las necesidades cambiantes de la sociedad y que la RSC no es exclusivamente obra social.

'Llevamos un siglo y pico haciendo RSC', señala Jon Mancisidor subdirector general de la BBK. 'Alguien fuera del sistema de las cajas de ahorros ha inventado el concepto. Pero nosotros hemos redescubierto nuestro propio modelo y, por primera vez, tenemos un discurso que nos conecta con la modernidad'. En este sentido, la tendencia global hacia la RSC ha impulsado a las cajas de ahorros a revisar sus propios modelos, a establecer, en muchos casos, departamentos exclusivos para este área o a coordinar las actividades que se realizan desde diversos grupos dentro de las entidades.

En este mes, según explican en la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), esta institución entrará como socio en el Global Reporting Initiative (GRI) un organismo independiente a nivel global que establece pautas voluntarias sobre información sostenible. De hecho, la CECA ha publicado este año, por primera vez, la memoria de RSC del sector, una medida que venía acompañada por la obligación de las entidades de hacer público su documento de forma individual con los detalles sobre créditos a partidos políticos representados en los órganos de gobierno.

A partir de este año, se les exige, además, la creación de una comisión de retribuciones y nombramientos, al igual que a los bancos, así como una comisión de inversiones, no obligatoria para las entidades bancarias. Muchas cajas de ahorros presentan, de forma voluntaria, una memoria de obra social. 'El hecho de que nuestros clientes y empleados participen en los órganos de gobierno es algo que ya tenemos. Somos un modelo de RSC', apunta Manuel Ferro coordinador de RSC de Caixa Galicia.

'Existe una corriente de demanda social que pide una exigencia mayor sobre qué aporta una empresa a la sociedad al margen de la estricta actividad empresarial', señala Carlos Balado, representante de la CECA. 'Hay cuatro aspectos que ya se dan en las cajas que ya es RSC. En la parte financiera y de negocio hay un componente social muy marcado, cuando se hace negocio se está pensando en beneficiar a la sociedad. En la parte de los poderes públicos internos y externos, la relación con los trabajadores se considera RSC. Junto a esto está el aspecto del medio ambiente. Y en lo que corresponde a gobierno corporativo, el hecho de que la sociedad esté integrada en los órganos de gobierno es una de las claves de la RSC', apunta Balado.

El creciente interés empresarial por la RSC es una tendencia que no pasa desapercibida a las cajas de ahorros y que ha venido para quedarse. 'Actualmente, es una exigencia', dice Isabel Rubio directora de RSC de Bancaja. 'Para que una empresa pueda sobrevivir, es necesario generar confianza y legitimación social', continúa. 'La cosmética o la moda pueden ayudar, pero es algo necesario a largo plazo, aunque pueda llegarse a notar en la cuenta de resultados a corto', puntualiza.

'Una empresa que en los próximos años no sea socialmente responsable no tiene futuro', señalan desde la BBK. Jon Mancisidor añade que los consumidores cada vez son más responsables y más exigentes con la responsabilidad. 'Y ése es un reto que las cajas tenemos que liderar porque precisamente nosotros partimos de una situación más evolucionada en el campo de la RSC que el resto de las empresas'.

Precisamente la comparación con lo que hacen el resto de las empresas en materia de responsabilidad social corporativa es uno de los asuntos que más ampollas levanta entre las cajas de ahorros. Tanto que llegan a asegurar que hay quienes interesadamente han separado en dos grupos a quienes cumplen criterios de responsabilidad social: 'por un lado las cajas y por otro las empresas. Pero nosotros insistimos en que, como empresas, competimos en igualdad de condiciones y en nuestro caso es así con otras entidades financieras', explica Carlos Balado.

Es un argumento en el que insiste el representante de Caixa Galicia, Manuel Ferro, quien se queja de que en los rankings de empresas que destacan por su aportación a la sociedad no aparecen las cajas de ahorro, 'cuando siguiendo los criterios que se aplican para establecer en orden en el ranking de las empresas las cajas de ahorro estarían siempre por encima. Cualquier caja aporta en estos momentos en torno al 30% de sus beneficios a obra social', asegura.

La obra social es precisamente otro de los argumentos de batalla de las cajas y que se enmarca en las políticas de RSC. La normativa de las cajas de ahorros establece que el fin último de estas entidades debe buscar el mayor beneficio para la sociedad. Aunque no establece una cuantía mínimas obligatoria que se deba destinar a este fin, si impone que, como máximo, las cajas de ahorros destinen el 50% de sus beneficios netos a proyectos de obra social.

Manuel Perdiguero, director de obra social de Caixa Catalunya señala que este aspecto de las cajas es un elemento diferencial que no tiene el resto de las empresas. 'La mayoría de las empresas puede copiarnos en muchas cosas referentes a la responsabilidad social, pero no en lo relativo a la obra social'. Carlos Balado trata de explicarlo: 'Las cajas queremos que se nos compare con una empresa igual que las demás, pero también queremos que se valoren nuestras particularidades'. Y, desde luego la obra social es una de esas particularidades.

Pero al margen del convencimiento de que la responsabilidad social va más allá de la obra social, que es un valor añadido propio de las cajas de ahorros, sus responsables son conscientes de que aún deben mejorar su modelo de RSC en este aspecto, aunque hay mucho que ya ha cambiado desde sus inicios. El responsable de Caixa Catalunya explica que la obra social de las cajas se ha modernizado. 'Ahora se aplican criterios de responsabilidad social de modo que la obra social de las cajas ha cambiado de ser una subvención a aplicarse al desarrollo sostenible'. Es un argumento en el que abunda Manuel Ferro, de Caixa Galicia. 'Ahora hablamos de coinversión en lugar de subvención porque se trata de participar en el proyecto y ver la eficacia que se logra con ésta'. También desde la BBK insisten en que esta es una de las claves para el futuro. 'Hay que identificar las prácticas socialmente responsables y hacerlas públicas', dice Jon Mancisidor.

Desde las cajas de ahorros se insiste en que la clave de la obra social es conseguir proyectos sostenibles que sean rentables. 'Las cajas no tenemos el papel de sustituir a la administración. Nuestro papel es ayudar a la cohesión social', dice Carlos Balado. Muchos son programas en los que ya están implicados las cajas y que resuenan en otras entidades. Microcréditos, inversiones en capital riesgo, atención a la dependencia o discapacidad son algunos de los focos de atención en cuanto a desarrollo de productos financieros.

Lo esencial de estos proyectos es que exista un comité de expertos que haga que la sociedad participe en las decisiones, su evaluación e identifique aquellas áreas de necesidad.

Diversidad en la composición de los órganos de gobierno

La composición de las asambleas de las cajas de ahorros se caracteriza por la diversidad de los grupos de interés que allí están interesados. Entre sus miembros se encuentran los impositores, representantes de los clientes -elegidos al azar y en ocasiones vinculados a partidos políticos-, que son el grupo con mayor cuota de poder en las cajas, un 35% según la memoria de responsabilidad social de la CECA. Junto a ellos se sientan los representantes de partidos, que ya suponen menos del 50% de los puestos (a través de las figuras de los representantes Administraciones públicas, corporaciones locales o fundaciones). Por otra parte, en las asambleas también se sientan representantes del personal de la caja así como todo tipo de entidades de interés general que estén vinculadas a la entidad. En este grupo se engloban sindicatos, patronales o organizaciones de consumidores.

Los clientes se implican en el destino de la obra social de las entidades

De momento no es más que una tendencia que tiene todas las papeletas para ir creciendo con brío. Se trata de implicar a los clientes en una de decisiones más importantes: el destino de la inversión para la obra social. La iniciativa ha sido puesta en marcha por Caja Navarra y, con el lema Tú eliges, tú decides, lo que ha hecho es precisamente eso, poner en manos del cliente la decisión sobre las líneas prioritarias de la obra social de la caja.Mientras las cajas de ahorro destinan cada vez más recursos a cultura y menos a lo que se consideran obras sociales son muchos quienes consideran que las entidades deberían hacer más esfuerzos por implicarse en evitar la exclusión social.Gracias a esta iniciativa los clientes de esta caja deciden el destino del presupuesto anual de la entidad que se configura teniendo en cuenta sus indicaciones. Se han establecido cinco líneas de actuación entre las que el cliente puede elegir: cultura, discapacidad y asistencia, medio ambiente, empleo y emprendedores, cooperación, deporte, ocio, investigación y conservación del patrimonio.Los clientes se involucran en la gestión de la caja desde el mismo momento en que contratan cualquier producto o servicio ya que la entidad se comprometen a destinar parte del beneficio que genere su dinero a obra social y dentro de esta a la línea de actuación que el cliente haya elegido.Al cliente se le informa periódicamente de su elección y de las distintas acciones que se llevan a cabo con su aportación y la de los demás clientes que se han adherido a la misma línea de actuación que él.

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