Un apoyo equivocado
Poco podía imaginar Peter Mandelson cuando abandonó Westminster para convertirse en comisario europeo que su nombre estaría vinculado a 7,4 millones de sujetadores. Esa ha sido la cantidad de ropa interior femenina que ha quedado almacenada, junto con enormes cantidades de otras prendas, a raíz de la disputa entre Bruselas y China sobre las cuotas de importación de textiles (...).
Ninguna de las partes ha manejado bien la situación. La UE se encuentra dividida entre sus socios nórdicos, que quieren productos más baratos para sus consumidores, y los Estados del sur y este, más preocupados por su todavía considerable industria textil. Pekín ha buscado sus intereses comerciales inmediatos con una agresividad que puede perjudicarle a medio plazo.
Los sistemas de cuotas son complicados e indeseables. La nueva cifra que fije la UE no será nada más que una medida temporal (...) y caerá por su propio peso. Las importaciones chinas podrán ser reducidas, pero entonces los distribuidores buscarán proveedores baratos en lugares como Bangladesh y Vietnam (...).
El problema, por tanto, es que las cuotas son un sistema de ayuda equivocado. Si la industria textil europea quiere sobrevivir o, incluso, prosperar, debe ser sobre la base de la calidad. El emperador proteccionista siempre va desnudo.