Mobipay prepara una campaña para revitalizar su negocio en otoño
La plataforma de pagos a través de móviles Mobipay, participada por 83 entidades financieras en España, va a impulsar su negocio a partir de octubre con una fuerte campaña comercial. Bancos y cajas ofrecerán descuentos y promociones a sus clientes para que utilicen esta modalidad de pago.
Una alianza de entidades financieras y compañías de telefonía móvil crearon hace cuatro años la empresa Mobipay España con la intención de generalizar el uso de los teléfonos móviles como medio de pago. La falta de confianza en esta nueva tecnología hizo que ese objetivo no se haya alcanzado, pero ahora vuelven a la carga.
Esta compañía quiere incitar a los usuarios de banca a realizar pagos con el móvil, para lo cuál impulsará una acción comercial a partir de octubre. Las 83 entidades financieras que forman parte su accionariado -que representan el 80% del sector-, ofrecerán descuentos comerciales y otras promociones para vitalizar este medio de pago.
Mobipay tiene en España 250.000 clientes y 7.500 comercios adheridos. Los sectores donde más se ha extendido son la recarga de móviles de prepago, las compras a través de internet, las empresas de taxis, así como en el transporte público urbano.
'Nuestra tarea consiste en coordinar a todas las sociedades que están en nuestro accionariado para que realicen una campaña coordinada', explica Javier Díaz, director de desarrollo de negocio de Mobipay. 'Esta va a ser la primera vez que bancos y cajas realizan una acción comercial homogénea para potenciar los pagos con el móvil'.
El origen de la plataforma
Mobipay nació en julio de 2001, de la fusión de dos iniciativas paralelas para pagar con el teléfono, y que entonces desarrollaban BBVA y Movistar (Movilpago), y Santander, Vodafone y Amena (Pagomóvil). El problema es que eran incompatibles. La idea fue fusionar e incorporar en el proyecto a otros bancos, cajas de ahorros y operadores de tarjetas.
Se crearon entonces dos compañías: Mobipay España y Mobipay Internacional. La primera está participada en un 40% por 83 entidades financieras (Santander, BBVA, Bankinter, Banco Popular, Banesto, Caja Madrid, Unicaja, las cajas rurales...), un 40% es de las tres operadoras de telefonía móvil (Telefónica Móviles, Amena y Vodafone), mientras que las sociedades de medios de pago (Servired, 4B y Euro 6000) poseen el 12% restante.
Tras cuatro años de funcionamiento, y a pesar de las grandes expectativas generadas, la plataforma no se ha extendido como estaba previsto. En mayo redujo su capital social en ocho millones de euros porque la legislación obliga a las compañías que acumulan muchas pérdidas a disminuir su capital social, para no entrar en causa de quiebra.
Los analistas apuntan dos causas para este mal comportamiento. Por una parte la mala situación económica que existía cuando se inició el proyecto, y por otro, la falta de voluntad de los bancos para impulsar el proyecto por la competencia que supondría para su negocio de tarjetas.
El salto a Latinoamérica
La otra compañía que se creó hace cuatro años para impulsar fuera de España el uso del teléfono como medio de pago es Mobipay Internacional, cuyos únicos accionistas son BBVA y Telefónica Móviles. Estas dos empresas quieren comenzar a extender el servicio en el mercado natural del banco y la operadora: Latinoamérica.
El lanzamiento de Mobipay en México es inminente. Se presentará dentro de unos meses, al norte del país siguiendo el modelo español (Valladolid sirvió como ciudad piloto). En Perú se ha realizado una prueba de pago entre empresas, y está previsto el lanzamiento de transacciones para particulares en el último trimestre del año, lo mismo que en Chile.
Una tecnología con futuro incierto
Cuando hace cuatro años se presentó en sociedad Mobipay, la plataforma para realizar pagos desde el teléfono móvil, reinaba el optimismo. Para 2004 esperaban tener beneficios y contar con cuatro millones de clientes.Hoy por hoy, Mobipay cuenta tan sólo con 250.000 usuarios y, según reconocen, no esperan obtener beneficios en el corto plazo. La consultora Arthur D. Little refleja en un estudio realizado durante 2004 que no ha sido sólo en España donde las expectativas que generó este negocio se han visto frustradas.Las predicciones indicaban que para 2003 el mercado mundial de pagos con teléfonos alcanzaría los 15.000 millones de dólares, cuando realmente sólo generó 3.200 millones. 'En muchos países el fallo ha sido que no contaban con un sistema compatible con todos los operadores', explica la consultora Christine Ribas.'En el caso español, donde hay una única plataforma, el problema ha sido que los bancos no han creído en la nueva tecnología y la han difundido poco'.