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Rentabilidad

El escaso recorrido de los tipos a largo plazo

Los expertos prevén leves repuntes de la rentabilidad de los bonos pese a la voluntad de la Fed de ir más lejosPara invertir.

El enigma de los tipos sigue sin resolverse del todo. La mejora de las perspectivas económicas y la voluntad de la Reserva Federal de continuar con las subidas de tipos oficiales ha alimentado en el último mes y medio ventas en el mercado de deuda, con el consiguiente repunte de las rentabilidad de los bonos (el viernes se situaba en el 4,269%) frente a los rendimientos mínimos registrados en junio (3,88%).

Los expertos creen, sin embargo, que las ventas no irán mucho más lejos y la curva de tipos seguirá plana. De hecho, entre los analistas predomina el convencimiento de que la tendencia estructural del mercado sigue siendo la de mantener tipos reales bajos, por más que la Reserva Federal siga subiendo las tasas de corto plazo; y que es precisamente está situación de tipos a largo plazo contenidos la que sostiene el crecimiento económico en Estados Unidos.

El mismo martes en que Greenspan subía el tipo de los fondos federales otro cuarto de punto para situarlos en el 3,5%, los inversores se lanzaron de nuevo a comprar deuda, lo que después de seis semanas de pérdidas consecutivas llevó a una nueva caída de las rentabilidades.

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Los expertos creen que en el ánimo de los inversores prevaleció la parte del mensaje de Greenspan en la que aseguraba que 'las expectativas de inflación a largo plazo continúan bien contenidas'. Y que será precisamente este mensaje el que determine el comportamiento futuro de estos activos.

'Mientras no se tenga miedo a la inflación, no vamos a ver movimientos bruscos en los tipos a largo', asegura Iván Barbacid, analista de Barclays. Barbacid está convencido de que el hecho de que la subida de los tipos oficiales iniciada en junio de 2004 no haya estado acompañada por la de los tipos a largo, como cabía esperar, 'da más margen a la Reserva Federal para seguir subiendo los tipos a corto sin que la economía se resienta'.

La cruz de la moneda es que la permanencia de tipos reales bajos resta eficacia a las subidas de tipos oficiales y no está claro hasta dónde se puede acelerar el crecimiento económico sin que suba la inflación. Por eso, algunos críticos con la actuación de la Reserva Federal consideran que, a juzgar por un escenario de crecimiento económico mejor del previsto, el repunte de los costes laborales unitarios, y la famosa burbuja inmobiliaria, Alan Greenspan va demasiado despacio en su búsqueda de un tipo de interés 'neutro'.

Pero además de una expectativa de inflación moderada, los analistas esgrimen otros argumentos para fundamentar el comportamiento de los bonos. El primero es el exceso de liquidez mundial. Pero también la existencia elementos estructurales, como la pirámide demográfica, que anima el apetito por activos más conservadores o la nueva demanda procedente de países emergentes. Así, buena parte de la situación del mercado de bonos en Estados Unidos tiene que ver con la demanda asiática de dólares, un factor que, sin embargo, podría limitar su efecto en los próximos meses.

'La globalización y los avances tecnológicos generan una fuerza deflacionista que, unida a otros elementos estructurales, como la demanda natural de productos de larga duración, hace que se mantenga el interés por los bonos. No vamos a ver movimientos bruscos', señalan fuentes de Morgan Stanley. 'Creemos muy posible que las rentabilidades repunten por encima del 4,5%, incluso lleguen al 5%, pero las subidas tienen un tope y nos vamos a situar de forma estructural en tipos bajos', subrayan.

'Los bonos han atravesado una fase de ventas al hacerse cada vez más claro que la Fed no detendrá su ciclo alcista, pero la demanda estructural de bonos sigue siendo considerable y la curva de tipos continúa plana', asegura un informe de American Express Funds.

Estabilidad en Europa, al menos hasta 2006

La subida de los tipos decidida por la Reserva Federal y la intención manifestada por Greenspan de continuar con las subidas no ha variado un ápice la política monetaria del Banco Central Europeo. Al menos para este año. Distintos informes de bancos de inversión aseguran que la estabilidad de tipos termina en 2006 y que, antes o después, el BCE tendrá que seguir la estela de la Fed. De momento, lo que parece claro es que se descartan próximas bajadas, una posibilidad que llegó a barajarse en los últimos meses ante la resistencia de las economías europeas a mostrar síntomas de mejora. El BCE tuvo incluso que resistir fuertes presiones de algunos países de la UE y se mantuvo firme con los tipos en el 2%.Los indicadores adelantados hablan ahora de expectativas más halagüeñas para el segundo semestre, especialmente para Alemania, donde un posible cambio político alienta la esperanza de reformas. Si hay movimiento será, desde luego, al alza, según los analistas. En todo caso, no inmediato.

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