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Bodegas

La familia Eguizábal inyecta siete millones en Paternina para sacarla de la crisis

El grupo bodeguero Paternina ha sido salvado de la crisis de liquidez que arrastraba desde finales de 2004 por su socio de referencia, la familia Eguizábal. A través de su sociedad Inversora Mer, han inyectado siete millones de euros en la compañía.

La familia Eguizábal, socio de referencia del grupo bodeguero Federico Paternina, hizo ayer efectiva la transferencia de siete millones de euros a la caja de la empresa, cantidad que se han visto obligados a inyectar para salvar a Paternina de la crisis de liquidez en la que estaba sumida.

Según adelantó este periódico el pasado 9 de junio, los siete millones han sido aportados por la familia Eguizábal, que controla más de un 90% del capital social, para que la empresa no incumpla los compromisos suscritos en el contrato del préstamo sindicado que recibió en 2002.

Concretamente, según detalló ayer la compañía a la CNMV, 'esta aportación está motivada por el cumplimiento de las condiciones financieras o covenants del contrato de financiación estructurada con un sindicato bancario que se firmó el 29 de enero de 2002'.

En la memoria elaborada previa a su junta general de accionistas, la propia compañía reconocía que la situación que atravesaba 'podría provocar en ciertos momentos tensiones de tesorería'. Paternina cerró el ejercicio 2004 con unos números rojos de 8,8 millones, a los que hay que sumar otros 22,2 millones de pérdidas acumuladas de años anteriores.

Explicaciones

El grupo bodeguero sólo ha dado explicaciones de esta situación de crisis de liquidez a través de su propia memoria. Según la compañía, las pérdidas continuadas que sufre la sociedad se basan en 'la no consecución en los últimos ejercicios del nivel de ventas suficiente para la cobertura de los gastos de estructura y a la existencia de unos elevados gastos financieros, consecuencia de las fuertes necesidades de financiación de las inversiones en inmovilizado y en existencias'.

Con respecto a la deuda bancaria sindicada, el grupo debe abonar durante este ejercicio dos plazos, uno de ellos ya hecho efectivo, y el otro a final de año. Según explicó la compañía a la CNMV a requerimiento del propio organismo supervisor, 'al cierre de 2005 quedarán por pagar tres de los once plazos del préstamo de 24 millones de euros y habrá un saldo vivo de nueve millones en la cuenta de crédito'.

La empresa deja claro también que 'los ingresos ordinarios previstos, más la aportación de siete millones de deuda subordinada por parte de los socios, hacen que no sean previsibles dificultades para cumplir esos compromisos, así como con todos los demás derivados de la actividad de la compañía'.

La sociedad no prevé entrar en rentabilidad hasta 2006. Este ejercicio, según el plan de negocio que ha elaborado el grupo, se esperan unas pérdidas de 3,3 millones de euros.

'También habrá una generación de recursos suficientes para hacer frente a las compras, gastos, inversiones y amortizaciones de créditos, manteniéndose la cuenta de deuda subordinada al menos hasta junio de 2007 en que acaba la financiación estructurada', explica.

Con respecto a la deuda a largo plazo, que alcanza 28,7 millones de euros, la sociedad asegura que 'para fin de año estará liquidado el pago de toda la uva y vino comprado en esta campaña'. De hecho, continúa la explicación del grupo bodeguero, 'la totalidad de la uva está pagada y el vino que queda por pagar tiene todos los vencimientos dentro del ejercicio 2005'.

Las Bodegas Paternina, fundadas en 1896 por Federico Paternina Josué, estaban integradas en Rumasa desde 1973 y, tras la expropiación, Marcos Eguizábal la compró en 1984 a Patrimonio del Estado. La familia Eguizábal consiguió enderezar la sociedad, que vivió su época dorada en los años noventa, en los que el vino alcanzó precios históricos.

Fuentes del sector aseguran que la situación de Paternina es ahora muy crítica y la familia Eguizábal busca desde hace tiempo un comprador.

Otros préstamos

El apoyo financiero que los Eguizábal han dado ahora a Paternina no es el único. En 2002, junto al crédito sindicado, la familia accionista mayoritaria (con más de un 90%) apoyó la refinanciación de las bodegas con un préstamo subordinado de 12 millones de euros.

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