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CincoSentidos

La seducción de los parches reductores

Los hay para las arrugas, el acné y las bolsas de los ojos. Pero los más extendidos son los parches reductores y anticelulíticos, un producto de moda que todos los laboratorios cosméticos se han apresurado a poner en el mercado. No en vano, durante el primer semestre del año, su volumen de ventas aumentó un 1.168% y el valor, un 602%, según la consultora ACNielsen.

Los compradores como Ana Serrano, una joven de 25 años, se dejan seducir por las promesas de su envase pensando en que, 'si un parche transdérmico de nicotina libera el principio activo y funciona, ¿por qué no lo va a hacer el anticelulítico?'. Josep Montero, representante de los laboratorios Isdin, que comercializa en farmacias Celulit Parches reductores por un precio de unos 19 euros, avisa de que 'no hay productos milagro contra la celulitis. Los parches sólo ayudan a paliar los efectos, a mejorar algo el aspecto'. Montero asegura que ha probado su cosmético y notó sus propiedades drenantes.

Desde enero, Isdin ha vendido 75.000 unidades de su moderna cataplasma a base de cafeína , 'de intensa actividad anticelulítica', según la caja del producto; carnitina, 'una molécula quemagrasa'; y focus vesiculosus, un alga marina con propiedades drenantes, 'para eliminar toxinas a través de la orina'. Principios activos que, en diferentes dosis y presentaciones, utilizan los parches comercializados por L'Oréal, Comodynes, Vitesse y Orlane, entre otros laboratorios.

El coordinador del Grupo de Obesidad de la Sociedad española de Endocrinología no es tan optimista como los fabricantes sobre los efectos de los parches: 'No hay ninguna base científica sobre su eficacia. Ninguna de esas sustancias ha demostrado su poder antigrasas en un estudio clínico. Y, además, la adiposidad localizada, equivocadamente llamada celulitis (en realidad, la celulitis es la inflamación de tejido celular subcutáneo), no tiene cura. Sólo mejora, y con reservas, con el ejercicio físico'. En principio, no se han descrito efectos secundarios, aunque la cafeína en altas dosis, sobre todo en personas hipertensas, puede ser perniciosa.

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