El Banco de Inglaterra estudia bajar los tipos para sostener el crecimiento
Tras ocho años de éxito ininterrumpido, el modelo económico del Reino Unido empieza a acusar signos de agotamiento. El poderoso ministro de Finanzas, Gordon Brown, ha tenido que relajar su rigor fiscal para compensar la caída del consumo privado. Y la patronal exige una rebaja de los tipos de interés para reactivar la economía, que podría llegar hoy.
El pasado 30 de junio, Gran Bretaña cerró el 51 trimestre consecutivo de crecimiento económico, un récord que ni siquiera EE UU puede igualar. Pero los analistas británicos destacaron que se trataba del trimestre con menos crecimiento en los últimos 12 años. Y los pronósticos independientes para 2005 rebajan ya al 2,1% las aspiraciones de Gordon Brown a un crecimiento del 3,5%.
La clase empresarial empieza a mostrar señales de inquietud. El último índice de confianza de la Confederación Británica de la Industria (CBI) caía por cuarto trimestre consecutivo, y el consumo interno sigue debilitándose.
'Aunque la situación económica no es desesperada, está claro que el sector manufacturero se tambalea al borde de la recesión, el comercio soporta una presión considerable y el mercado inmobiliario está paralizado', señalaba Ian McCafferty, consejero económico de la CBI. Unas horas antes, cuatro bombas sembraban el terror en la capital británica provocando 52 muertos y el Banco de Inglaterra, en su sesión ordinaria, mantenía los tipos de interés en el 4,75% (2% en la zona euro). 'Dado que hay poco riesgo inflacionista, un recorte de tipos, más pronto que tarde, sería bienvenido', pidió McCafferty.
El PIB acumula 51 trimestres de avance, pero la caída de la confianza amenaza con quebrarlo
El alivio de la política monetaria podría llegar hoy mismo, en la reunión del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra. Según todos los indicios, el recorte será de 25 puntos básicos, dejando los tipos en el 4,5%. Esta reducción se produciría un año después de que la autoridad monetaria británica elevara el precio del dinero para enfriar el mercado inmobiliario. Ahora una rebaja de los tipos en el Reino Unido aumentará las presiones sobre el BCE.
Y el Gobierno también parece dispuesto a explotar todo su margen presupuestario para mantener la locomotora en marcha.
Londres ya respondió en el segundo semestre de 2004 con un aumento del gasto público a la caída del consumo privado. Y por segundo año consecutivo, el déficit público superó en dos décimas el techo del 3% previsto en el Pacto de Estabilidad de la UE. Brown convenció a Bruselas de que el derrape era temporal y vinculado al particular ciclo económico de Gran Bretaña. Pero las alertas han saltado en el consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin), que durante este semestre preside Brown.
Toque de atención de Bruselas
El pasado mes de marzo el Ecofin advertía a Londres en la evaluación del último programa de estabilidad británico que 'su situación presupuestaria no cuenta con el margen de seguridad suficiente para no violar el límite del 3%'. En cinco años, las finanzas públicas del Reino Unido han pasado de un superávit del 1,1% en 1999 a un déficit del 3,2% en 2004. La polémica presupuestaria entre Londres y Bruselas podría agravarse en los próximos meses, después de que el ministro de Finanzas, Gordon Brown, haya decidido aplazar hasta 2007 la revisión de sus planes de gasto público. Las autoridades británicas de estadística, además, han retraído dos años, a 1997, el comienzo del actual ciclo económico, ampliando el plazo de Brown para cumplir su objetivo nacional de estabilidad presupuestaria.