El gobernador del Banco de Italia acusado de parcialidad en la venta de Antonveneta
La polémica por el caso de la banca Antonveneta, que tiene un 40% de su capital confiscado tras descubrirse un pacto irregular de accionistas, ha salpicado al gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, acusado de actuar de forma parcial.
El control de Antonveneta se lo disputaban el grupo holandés Abn Amro y la Banca Popolare Italiana (BPI, hasta hace poco Banca Popolare di Lodi), que lanzaron sendas ofertas públicas de adquisición (OPA) para hacerse con el instituto paduano. La iniciativa de Abn Amro terminó la semana pasada en fracaso con una mínima adhesión y en medio de la agria rivalidad con la BPI, que llegó incluso a los tribunales con mutuas denuncias de irregularidades.
En el ámbito de las investigaciones judiciales, la Fiscalía de Milán realizó varias interceptaciones telefónicas que recogieron, entre otras, una conversación que mantuvo el gobernador del Banco de Italia con el consejero delegado de la BPI, Giampiero Fiorani, hacia la medianoche del 11 de julio.
En aquel diálogo, parte del cual aparece hoy transcrito por el diario Il Sole 24 Ore, Fazio adelantó a Fiorani que acababa de estampar su firma para autorizar la OPA de la BPI sobre Antonveneta, que sólo sería comunicado oficialmente a la mañana siguiente.
La conversación transcurrió en un tono de confidencialidad y con referencias a una tercera persona (un tal 'Gigi') que, según afirmaba Fazio, "por algunos días debe estar lejos de aquí", en lo que coincidía el consejero delegado de la BPI. De una forma muy efusiva, Fiorani expresaba a Fazio su agradecimiento por haber dado la autorización: "Tonino, estoy conmovido, con la piel de gallina, gracias (...). Te daría un beso en este momento", señalaba.
Favoritismo hacia BPI
La cuestión es investigada por la fiscalía de Milán para determinar si el responsable del regulador italiano actuó con favoritismo hacia la oferta de Fiorani y en perjuicio de Abn Amro, mientras el Banco de Italia ha insistido en que en todo momento actuó con plena corrección.
No obstante, el caso ha levantado una gran polvareda y ha provocado numerosas críticas contra el gobernador del banco emisor, muchas de ellas procedentes de los partidos políticos de la oposición.
El líder de la centrista Margarita, Francesco Rutelli, ha dicho encontrarse "pasmado" por el contenido de las interceptaciones y ha mostrado sus "muchas dudas" sobre la imparcialidad de Fazio, mientras el dirigente comunista Fausto Bertinotti ha pedido "mayor transparencia" del regulador.
La neutralidad de Antonio Fazio, que tradicionalmente ha defendido la "italianidad" de los bancos, ya había sido puesto en tela de juicio a raíz de la OPA del español BBVA por la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), que también concluyó sin éxito la semana pasada. En cualquier caso, tanto en el caso de la BNL como en el de Antonveneta el Banco de Italia afirma que ha respetado todas las normas nacionales y comunitarias.
La controversia sobre el papel de Fazio en la operación enturbia aún más la situación de la banca del Véneto, que tiene cerca del 40% de su capital secuestrado por orden de la fiscalía de Milán por la existencia de un pacto de accionistas no declarado.
La alianza, que según la fiscalía de Milán había elaborado una estrategia para eludir las autorizaciones necesarias para hacerse con el control de Antonveneta, estaba liderada por el BPI, con el 27,5% del capital de la entidad.
También formaban parte de ella empresarios como Emilio Gnutti (6,8%), Stefano Ricucci (4,99%), Danilo Coppola (cerca del 1,5%) y los hermanos Fausto, Tiberio y Ettore Lonati (2,5%), a todos los cuales se les ha "congelado", junto con la BPI, el derecho a voto.
Ello ha condicionado la asamblea de accionistas que se celebra hoy en Padua, ya que paradójicamente Abn Amro, cuyo futuro en la entidad se presentaba negro tras el fracaso de su OPA, tiene todas las puertas abiertas para imponerse en el nuevo Consejo de Administración que será elegido en la reunión.