4.000 españoles evacuados en México
El Estado del Yucatán (México) se encontraba ayer atestado de turistas cuando el huracán Emily tocó su costa con una intensidad de categoría cuatro, de un máximo de cinco, en la escala Saffir-Simpson. Con vientos de hasta 215 kilómetros por hora y olas de casi ocho metros, arrancó árboles, tiró las viviendas más endebles, y provocó inundaciones en una de las zonas más turísticas del mundo. El balance se cifró en graves daños materiales, mientras que 35 pueblos indígenas tuvieron que ser desalojados.
En las zonas afectadas por la catástrofe, se encontraban más de 70.000 turistas de todas las nacionalidades, la mayoría estadounidenses. Más de 50.000 tuvieron que ser evacuados hacia lugares más seguros. Entre ellos, se encontraban 4.000 españoles.
En los días anteriores, consiguieron salir de la zona afectada más de 74.000 extranjeros que adelantaron su vuelos a sus países de origen o hacia zonas más tranquilas del Caribe.
Los aeropuertos permanecieron cerrados desde el domingo por la tarde
Los establecimientos hoteleros de las zonas más afectadas sirvieron, en muchos casos, de refugio. Alojaron a miles de personas en sus instalaciones más consistentes (salas de reuniones o discotecas), carentes de ventanas y orificios al exterior.
De este modo, cadenas españolas con gran presencia allí como Sol Meliá Riu o Iberostar pusieron en marcha su plan de emergencia a través del cual movilizaron a todo el personal para acomodar a sus clientes en sus espacios más herméticos o trasladarlos a edificios públicos como colegios o instalaciones deportivas. 'También se ha organizado al personal para retirar cualquier material colgante o punzante que pudiera dañar a los turistas alojados', dicen en Sol Meliá.
La compañía mallorquina tuvo que evacuar a sus 2.000 clientes del Sol Meliá Turquesa y del Riviera Cancún a un colegio situado en el centro de la ciudad de Cancún, mientras que los alojados en el Gran Meliá Cancún y en el establecimiento de la isla de Cozumel fueron trasladados a uno de sus salas de convenciones. Riu, con ocho hoteles en las zonas castigadas por el huracán también tuvo que dar refugio a sus 5.000 clientes. De ellos, 2.000 fueron trasladados a zonas más seguras del hotel, como la discoteca, y los otros 3.000, fueron evacuados a instalaciones acondicionadas por las autoridades de protección civil mexicanas. Las compañías españolas dijeron ayer por la tarde que no había que lamentar ningún herido, ni daños personales en los hoteles. La actividad se restablecerá una vez que pase el huracán, que hoy presumiblemente seguía con menor intensidad hacia el Golfo de México (cerca de Tejas).
'Por el momento, tenemos una evaluación parcial del siniestro. Sabemos de daños materiales', dijeron fuentes de Protección Civil. Sin embargo, en los preparativos por la llegada del huracán, dos pilotos de un helicóptero murieron el sábado en la evacuación de las plataformas petroleras de la compañía Pemex en el golfo de México.
También decenas de vuelos fueron cancelados o derivados hacia otros lugares. Desde la siete de la tarde del domingo hasta ayer por la noche, los aeropuertos permanecieron cerrados y muchas rutas tuvieron que cancelarse. Air Plus Comet cambió su destino y los tres vuelos de llegada a Barajas (Air Europa, Air Madrid e Iberworld) fueron anulados. El touroperador Iberostar reconoce que son 600 españoles los que contrataron paquetes turísticos. De ellos, 170 decidieron volverse antes.
Derechos del viajero en una zona afectada
Los turistas que se ven afectados durante sus vacaciones por un fenómeno natural como el huracán Emily, apenas pueden reclamar indemnizaciones a la compañía turística que ha contratado. 'La causa de fuerza mayor deja al consumidor desamparado y no puede quejarse ante los responsables del hotel', apuntan en el sector. Sólo podrá hacerlo si el establecimiento o touroperador que ha contratado no cumple con su compromiso de cuidarle, ofrecerle cobijo y lo que el sentido común es exigible en casos como éste', dicen las mismas fuentes. La situación cambia si el turista no ha salido todavía hacia su destino. 'Entonces, puede cambiar su viaje por otra ruta o incluso recuperar el dinero sin coste alguno', añaden.El huracán Emily ha hecho cambiar los planes a los turistas españoles que tenían pensado viajar a la zona en estas fechas, quienes han optado por otros destinos más seguros. Las agencias de viajes les están dando otras alternativas como Grecia, República Dominicana o cruceros.Aún se desconoce los daños causados por este ciclón, aunque el anterior huracán que azotó la costa estadounidense y Cuba (el Dennis), causó al menos 16 muertos y enormes daños valorados en 5.000 millones de dólares.
Reacción ante una catástrofe
1El Caribe ha estado castigado por varios huracanes en los últimos años. Por este motivo, las cadenas hoteleras llevan aplicando un plan de emergencia llamado 'antihuracán'. En primer lugar, una vez conocida la intensidad del fenómeno natural, el equipo del hotel se organiza de forma urgente para tomar medidas de prevención de riesgos, como la retirada de objetos del edificio que puedan causar algún tipo de daño.
2En un segundo término, se ordenan los clientes que deciden marcharse o quedarse. Para los que se van, se contacta con los touroperadores para ofrecerles las posibilidades de vuelos o de rutas alternativas a zonas más tranquilas. Una vez conocido el número de turistas que se quedan, se procede al abastecimiento de enseres para pasar varios días.
3Si los hoteles se convierten en refugios, 'el equipo humano es muy importante', dicen en Riu y en Sol Meliá. De hecho, se nombra un responsable general que va dando órdenes al resto de directores de hotel. æpermil;stos están en comunicación constante con las autoridades y con los touroperadores para recibir y dar todo tipo de información.
4Las salas más herméticas y menos expuestas al exterior (sin ventanas y puertas) se convierten en refugio. Los equipos de animación ayudan a los huéspedes en todo lo que necesiten. Si el hotel no es seguro, se trasladan a los clientes a un edificio público de la zona.