Los empresarios mejoran el tono
La confianza empresarial en la economía mantiene valores sólidos en España, pese a que el pesimismo impera en Europa en un momento en que la gran mayoría de las instituciones hablan de un nuevo frenazo en la marcha de la actividad. España parece comportarse aún como una isla de prosperidad, como lo ha hecho en los últimos años pese a la parálisis de otras potencias continentales. La oleada de julio del Barómetro Empresarial Cinco Días mantiene en términos generales el mismo tono que hace tres meses, pero mejoran las expectativas de ventas, beneficio, exportaciones y competitividad en casi la totalidad de los sectores.
Este cambio a mejor en las previsiones para los próximos meses se produce a pesar de un cúmulo de factores adversos: la persistente subida de los precios del crudo, que encarece los procesos productivos, y de los carburantes, lo que reduce las disponibilidades de renta para consumo de los hogares; el temor a un repunte de la inflación que lleve los precios del dinero a tasas desconocidas en los dos últimos años; o el golpe seco del terrorismo internacional aparecido hace una semana en Londres como una réplica retardada del de Nueva York en 2001 o el de Madrid en 2004.
La demanda interna sigue inyectando fortaleza a la actividad hasta el punto de estimular nuevos procesos inversores, justo en un momento en que la situación financiera de las sociedades está saneada y el coste de financiación es muy moderado. Además, los precios de la vivienda, todavía con alzas superiores al 17% interanual, confirman que el sector constructor mantiene una elevada velocidad de crucero.
Los empresarios españoles apuestan porque la recuperación europea, principal pulmón de la demanda externa para España, llegará a tiempo como para tomar el relevo del actual ciclo de crecimiento, basado de forma exclusiva en la demanda nacional, pero que está acumulando una serie de desequilibrios que deberían corregirse más pronto que tarde.