Intriga en las Torres Petronas de Kuala Lumpur
Un periodista indio, un policía malayo, un hombre de negocios chino, un inmigrante obrero de la construcción indonesio, un golfista obsesivo alemán. Todos los personajes juegan su papel en Kuala Lumpur (Seix Barral), de Carles Casajuana. No por casualidad. Esa mezcla de razas, culturas y religiones retrata a la capital de Malaisia, país en el que el autor estuvo destinado como embajador entre 1996 y 2001.
'Me planteé la novela de forma deliberada, como un dramaturgo que escribe una obra para una actriz a la que admira', observa Casajuana. Su intención era que el lector viviera los fuertes contrastes de la ciudad, la convivencia armoniosa de sus habitantes, educados, corteses, sofisticados en el trato. 'Es un tema apasionante para un escritor'. Descubrió que la novela negra era el género que mejor encajaba con sus intereses. 'Me lo impuse como un poeta se puede imponer la disciplina del soneto. Lo que entra en los 14 versos, está; lo que no, se queda fuera. Así evitaba caer en la postal, en el reportaje'.
Un muerto en las primeras páginas, un sospechoso de haberlo asesinado por mantener una relación con su mujer -ambos españoles- y un secretario de embajada decidido a investigar por su cuenta. Como fondo, una trama de corrupción vinculada a la construcción de las Torres Petronas. Un hombre corriente metido a detective por motivos éticos al estilo de Graham Greene. Casajuana explica que la novela se ha comparado con la obra del autor de El factor humano por el exotismo, porque en Kuala Lumpur no plantea problemas morales profundos, más allá de la corrupción, además, el tono utilizado es más ligero.'No he pretendido denunciar nada, porque es una trama irreal', aclara este diplomático, actualmente director del Departamento de Internacional del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
'Corrupción hay en todas partes -añade-. Lo que distingue a unos países de otros es que en unos hay más posibilidades, porque hay más movimiento económico, y en unos se combate y en otros, no. En eso, Malaisia es ejemplar'. Para el autor, las grandes multinacionales también tienen su parte de responsabilidad, por eso admira los esfuerzos de la ONG Transparency International y sus intentos para crear un código de conducta para estas empresas.
Carles Casajuana huye del tono sombrío de la novela negra. 'Kuala Lumpur es un estado de ánimo, la vida es plácida y agradable allí'.
Literatura que arranque una sonrisa
Carles Casajuana (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, 1954) ha vivido en Bolivia, Filipinas, EE UU, Malaisia y Bélgica. 'He vivido en media docena de países y es lógico que se refleje en mi literatura'. Prefiere escribir sobre situaciones que conoce, porque resulta más auténtico para el lector y en el caso de Kuala Lumpur la novela policiaca le ha resultado muy útil. 'No me gusta dar gato por liebre'.Su anterior novela, Domingo de tentación, transcurría en Bolivia y en ella sí planteaba una difícil situación moral.Autor de siete novelas y de un ensayo sobre Josep Pla y Nietzsche, al diplomático y escritor le gusta que sus libros se puedan leer con una sonrisa, si provocan la carcajada, mejor. 'Lo que busco es entretenerme'.