El ex presidente de Worldcom, condenado a 25 años de cárcel
El ex presidente ejecutivo de WorldCom, Bernard Ebbers, tendrá que pasar los próximos 25 años en la cárcel. Eso, si no lo remedian sus abogados, que ya han anunciado que apelarán la sentencia dictada ayer por la juez federal de Manhattan, Barbara Jones. De confirmarse esta condena, Ebbers de 63 años, pasaría presumiblemente el resto de sus días en la cárcel. El ejecutivo fue declarado culpable el 15 de marzo de nueve cargos por conspiración, fraude de valores y presentación de documentos falsos ante los organismos reguladores.
El colapso de la operadora de telecomunicaciones destapó en 2002 un fraude de 11.000 millones de dólares que llevó a WorldCom a la quiebra. La caída del gigante de las telecomunicaciones supuso la mayor suspensión de pagos de la historia de EE UU y se convirtió también en el mayor fraude contable cometido en este país.
El final de Ebbers, no obstante, podría haber sido peor. El ex directivo podría haber sido condenado a una pena de entre 30 y 85 años de cárcel. La juez, sin embargo, ha rebajado la sentencia tras tomar en consideración el buen trabajo de Ebbers en la comunidad. Y es que los letrados del condenado han cifrado en 96 millones de dólares las donaciones realizadas por su representado entre 1989 y 2003.
El ex directivo, así, tendrá que personarse el 12 de octubre en la prisión de Yazoo City, en Misisipí, lugar en que nació WorldCom. Algo contra lo que también luchan sus abogados, que solicitan que el ejecutivo siga en libertad bajo fianza mientras se tramita la apelación. La fiscalía se opone.
El pasado martes, la juez Jones rechazó la petición de Ebbers quien solicitaba la repetición del juicio. La defensa reclamaba a la magistrada y a la fiscalía que se permitiese declarar a tres testigos con la condición de que se les garantizase su inmunidad. Los comparecientes, todos ellos ex directivos de WorldCom (Ron Beumont, Ron Lomenzo y Stephanie Scott), no declararon durante el juicio ya que se acogieron a la Quinta Enmienda para no tener que prestar testimonio. La juez rechazó la petición de la defensa al entender que no existían argumentos para reclamar un nuevo juicio.
La pasada semana, el ex presidente llegó a un acuerdo con la juez del caso por el que entregaba la mayor parte de sus posesiones, valoradas entre 30 y 45 millones de dólares, para constituir un fondo de liquidación con el que compensar a los accionistas perjudicados por la bancarrota de WorldCom.
Ebbers asegura que no conocía el fraude y que no vio documentos financieros relevantes que mostraran las irregularidades contables. Es más, el condenado es el único de los seis directivos de la empresa inculpados que ha mantenido su declaración de inocencia. Los otros reconocieron su implicación para beneficiarse de una pena más baja de la que podrían recibir de ir a juicio.
Antes de conocerse la sentencia, la defensa sostuvo que las enormes pérdidas de los inversores no debían determinar la pena ya que, según ellos, también influyeron factores económicos en la caída de los títulos en Bolsa. La juez Jones entiende, sin embargo, que Ebbers fue 'claramente el líder de una actividad criminal'.
La sentencia de ayer rompe la triunfal carrera de un hombre hecho a sí mismo. Nacido en Canadá en 1942, Ebbers trabajó como repartidor de leche y entrenador de baloncesto. A principios de la década de los 80, y por sugerencia de un amigo, decidió apostar por el negocio de la telefonía, en el que entró gracias a la concesión de un préstamo. En 1997, su compañía, la entonces desconocida WorldCom compró MCI, convirtiéndose en la segunda empresa de telecomunicaciones de Estados Unidos.