Anaya refuerza Salvat al traspasarle la mitad de sus fondos propios
Anaya, que desde hace años presenta mejores resultados que Salvat, ha traspasado casi la mitad de sus fondos propios a la que ahora es su matriz catalana con el fin de reforzar su posición en el mercado editorial. Este traspaso de 30 millones vía dividendos se produce justo un año después de que Salvat comprara Anaya para lograr beneficios fiscales.
El gigante francés Lagardère está a la espera de que el Gobierno español decida sobre la Ley de Educación y sobre el sector del libro antes de finalizar la reordenación de sus negocios editoriales en España. Mientras se decide este marco normativo y se pone en marcha la nueva ley, la multinacional ha decidido que Anaya traspase casi la mitad de sus fondos propios a su matriz Salvat.
Según se refleja en las cuentas del grupo Anaya, la compañía aprobó el pasado mes de mayo distribuir a su accionista único (Salvat) un dividendo de 30 millones de euros. Esta cantidad representa casi la mitad de los fondos propios de Anaya (a 31 de diciembre de 2004 se situaban en 66,1 millones), pero también equivale a la totalidad de los beneficios obtenidos el ejercicio pasado (6,34 millones) más 23,66 millones procedentes de las reservas de libre disposición.
Los 30 millones se pagaron antes del pasado 9 de mayo, excepto cinco millones que se abonaron con antelación a cuenta del ejercicio 2004.
El objetivo de esta operación es fortalecer económicamente a Salvat, que en los últimos años ha presentado pérdidas, y tener preparadas financieramente a ambas compañías (Anaya y Salvat) cuando el Gobierno apruebe la Ley de Educación y se clarifique la situación del sector del libro.
En principio, Anaya está más orientada a los libros de texto, mientras que Salvat se dedica a los diccionarios y complementos educativos, si bien ambas compiten en algunos nichos de mercado.
Esta decisión coincide, no obstante, con un descenso del 26% en el resultado neto de Anaya, que ha pasado de 8,57 millones de euros en 2003 a 6,34 millones el año pasado. La cifra de negocio también ha caído ligeramente (un 2,17%), hasta los 67,7 millones de euros.
Fuentes de la compañía, que confirmaron que la reorganización de los negocios editoriales españoles está inconclusa a la espera de la Ley de Educación, no quisieron, sin embargo, comentar las cuentas del grupo Anaya. Sólo se limitaron a decir que en los últimos años no se había repartido dividendo y que existía un exceso de tesorería. En este sentido, se ha intentado optimizar los recursos del grupo con el traspaso de fondos a Salvat.
La reordenación de los negocios editoriales de Lagardère en España se inició hace justo un año, cuando Salvat se convirtió en propietaria de Anaya para lograr beneficios fiscales y compensar las pérdidas de la catalana con el beneficio de la madrileña.
Lagardère se hizo dueño de las editoriales españolas al comprar parte de las publicaciones de Vivendi Universal en abril del año pasado.
Créditos de 56,6 millones a Hachette
Anaya tenía concedidos al cierre del pasado ejercicio créditos a empresas del grupo por valor de 56,6 millones de euros. Dentro de este importe se incluye una línea de crédito a HL Finance (controlada por Hachette Livre) con fecha 13 de abril de 2004, de la que, al cierre del ejercicio, se habían dispuesto 52,65 millones de euros. El importe restante (casi cuatro millones) 'corresponde a los saldos con sociedades del grupo por la centralización de la tesorería', según se explica en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Todos los préstamos tienen vencimiento a corto plazo.En el otro lado de la balanza, Anaya contabiliza un dividendo de casi 2,2 millones procedente de Comercial Grupo Anaya a cuenta de los resultados de 2004. Grupo Anaya incluye Algaida Editores, Alianza Editorial, Ediciones Tormes, Edicions Xerais de Galicia, Editorial Barcanova y Comercial Grupo Anaya.En el último año, algunos de los sellos editoriales, como Pirámide, Tecnos, Cátedra y Oberón, han cambiado el perímetro de consolidación.