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CincoSentidos

El Prado evoca el palacio del Buen Retiro

Felipe IV, el rey Planeta. El monarca fue comúnmente llamado así en los panegíricos de la época en alusión al sol -era el cuarto monarca de su nombre, igual que el sol era el cuarto en la jerarquía de los astros-. El Museo del Prado presenta hoy la exposición El palacio del rey planeta. Felipe IV y el Buen Retiro, en reconocimiento al mecenazgo artístico del soberano en el IV centenario de su nacimiento. 'Es imposible entender el Museo del Prado sin Felipe IV', en palabras de su director, Miguel Zugaza.

La exposición reconstruye la memoria del Buen Retiro, el palacio creado por Felipe IV y su primer ministro, el conde-duque de Olivares, y cuyo proyecto de decoración pictórica constituyó una empresa artística sin parangón en Europa.

Velázquez, Zurbarán, Ribera, Poussin, Lanfranco, Domenchino, entre otros maestros, desplegaron sus artes en el Retiro. Se encargaron 800 obras para el palacio edificado a mayor gloria de un rey protector de las artes -cuando alcanzó el trono, con 16 años, había 400 pinturas en El Alcázar, y a su muerte, en 1665, unas 1.500, más el millar de obras repartidas en el resto de palacios reales-.

El Museo del Prado exhibe 62, en su mayoría procedentes de su colección, aunque entre los préstamos destaca La lección de equitación del príncipe Baltasar Carlos, de Velázquez, perteneciente a una colección particular del Reino Unido, o El bufón calabazas, también de Velázquez, procedente del Museo de Arte de Cleveland.

La exposición abierta en la pinacoteca madrileña hasta el 27 de noviembre (en verano se puede visitar hasta las 20 h.) está organizada en cinco secciones: El Palacio del Buen Retiro, Ciclo de Roma antigua, El conde-duque, furias y bufones, Galería de paisajes y el Salón de Reinos, la principal. Por primera vez se exhiben reunidas y según su disposición original las tres series que formaron parte de este encargo: los once cuadros que se conservan de los doce que conmemoraban los éxitos militares del reinado, entre los que se incluyen La rendición de Breda de Velázquez y La recuperación de Bahía de Juan Bautista Maíno, los cinco retratos ecuestres de la familia real, pintados también por el maestro sevillano, y los correspondientes a los diez trabajos de Hércules, realizados por Zurbarán.

Para el comisario de la exposición, Andrés æscaron;beda de los Cobos, el palacio ejemplifica el carácter coleccionista de Felipe IV, 'el Buen Retiro fue un gran museo de arte contemporáneo', y su construcción, una metáfora de su reinado. Fue levantado en tres años, a toda prisa con materiales perecederos, 'un emblema de la propia monarquía'.

El palacio quedó destruido en su mayor parte durante la guerra de la Independencia, hoy sólo se conservan el Casón del Buen Retiro y el ala norte de la Plaza Principal que albergó el Salón de Reinos, actualmente sede del Museo del Ejército y que entra en los planes de ampliación del Prado. Además de los jardines, hoy parque municipal.

La exposición cuenta con el patrocinio de la Comunidad de Madrid, que aporta 600.000 euros, el 58,5% del coste total.

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