'Argentina acabará aceptando las exigencias del FMI'
Derrotado en las presidenciales de 2003, hoy ejerce labores de oposición y asesora al Instituto Argentino Económico de Finanzas
Fue ministro de Defensa, fugaz titular de Economía en el Gobierno de Fernando de la Rúa, y rival en el flanco liberal del presidente Néstor Kirchner en las presidenciales de 2003. Azote gubernamental desde entonces, López Murphy (Buenos Aires, 1951) cree que Argentina acabará cediendo a las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda a cambio de un mayor rigor fiscal. Hoy da una conferencia en Madrid sobre la situación económica en América Latina, patrocinada por Caja Madrid.
Pregunta. Después de dos años de fuerte crecimiento, ¿cómo cree que evolucionará la economía argentina en los próximos meses?
respuesta. La situación internacional es la mejor que he conocido en 50 años, con los precios de las materias primas por las nubes y el comercio mundial creciente. Toda Latinoamérica se está aprovechando de ello. Además, Argentina tiene la ventaja adicional de poseer petróleo y una gran capacidad ociosa tras la caída de 2001. Las perspectivas son buenas, siempre que las políticas domésticas sean consecuentes, en términos de sostenibilidad fiscal y control de la inflación.
P. La negociación de la deuda con el FMI, de 14.000 millones de euros, pasa por atender a sus exigencias de mayor rigor fiscal. ¿Las aceptará el Gobierno de Kirchner?
r. El Gobierno ha pedido una dilación, que el FMI le ha otorgado. Para obtener algo más, el Fondo exige que se mantenga un superávit presupuestario cercano al altísimo que se logró en 2004 5% del PIB, antes de intereses de la deuda. El Gobierno sostiene que habrá menos, para acumular capital político ante las elecciones de octubre, en las que se renueva parte del Parlamento. Creo que aceptarán las exigencias del FMI, pero no lo dirán antes de los comicios.
P. ¿Fue positivo el papel del Fondo ante la crisis del corralito, en 2001?
r. Creo que el error vino antes, cuando permitió un endeudamiento claramente insostenible. Por eso creo que ahora se están centrando en las exigencias fiscales. Una vez que estalló la crisis, la prioridad del FMI pasaba por evitar que se contagiase a otros países, como había ocurrido antes con las crisis de México y del Sureste asiático. Eso sí, los apoyos de emergencia que dio en diciembre de 2002 nunca se habían dado antes, y contribuyeron a la victoria del oficialismo en las presidenciales.
P. El canje de la deuda global logró que un 85% de los acreedores aceptase la propuesta gubernamental de reducir el montante y aumentar el plazo. ¿Qué va a suceder con el resto?
r. Creo que el Ejecutivo acabará mejorando las condiciones para atraerlos al canje. Pero, de nuevo, dudo de que lo haga antes de las elecciones de octubre. ¿Usted conoce a algún Gobierno que diga que las cosas no van bien?
Recuperar la confianza de los inversores extranjeros
López Murphy rechaza de plano la política que usó le Gobierno para salir de la crisis de 2001: 'El problema fue endeudarse hasta límites insostenibles, y la solución pasaba por el elevar el rigor presupuestario, por un ajuste fiscal serio. Yo nunca habría suspendido pagos, ni roto los contratos o las reglas del juego. Se hizo un daño inmenso en términos de confianza, muy difícil de restablecer'.Una pérdida de confianza que está afectando a las grandes multinacionales españolas, que han sufrido recortes tarifarios ajenos a lo pactado. 'Es fundamental recuperar la seguridad para la inversión. El Gobierno ha dicho que el año que viene normalizará la situación de las tarifas en mercados como el eléctrico. Lo que queda por ver ahora es qué entiende este gobierno por normalizar', ironiza.